Redacción Internacional, 17 may (EFE) – Pese a que hoy se cumplen ahora 30 años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental, un tercio de los países miembros de la ONU aplica una legislación muy restrictiva contra esta práctica sexual, que en algunos casos se castiga con la pena de muerte.
Alrededor de 70 de los 193 estados miembros de la ONU siguen aplicando restricciones o medidas coercitivas contra la homosexualidad, que en algunos casos concretos se castiga con la pena capital en Arabia Saudí, Irán, Sudán y Yemen, así como en ciertas provincias de Nigeria y Somalia, de acuerdo con datos la ILGA, la organización transnacional que representa a la comunidad LGTBI en todo el mundo.
En seis estados miembros de la ONU (Afganistán, Brunei, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Mauritania y Pakistán) la legislación contra la homosexualidad es también muy represiva y potencialmente podría incluir asimismo la pena de muerte contra quienes la practican, si bien no hay constancia de que se aplique en la actualidad, de acuerdo con la ILGA.
Más allá de estos casos, que se circunscriben muy concretamente al mundo árabe e islámico, la homosexualidad también está restringida, penalizada y discriminada en varias decenas de países.
En contrapartida, la homosexualidad está considerada legal en 123 estados de la ONU y en un aproximadamente la mitad de ellos existe legislación específica para proteger los derechos del colectivo LGTBI, ya sea en el terreno de la lucha contra la homofobia o la discriminación, ya sea en el terreno de la adopción de medidas socioparentales sobre el matrimonio o la adopción de niños.
LA HOMOSEXUALIDAD EN LA UE
El pasado día 15, el Parlamento Europeo (PE) inauguró en su sede de Bruselas un punto de información LGTBI, que actuará como «estrella polar» en su lucha contra la discriminación y la violencia que sufre ese colectivo.
En una rueda de prensa con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, el europarlamentario y vicepresidente de la Eurocámara Fabio Massimo Castaldo defendió esta medida aduciendo que la UE «está siendo demasiado indulgente con los ataques contra la comunidad LGTBI producidos en algunos Estados miembros», y se refirió concretamente a Polonia y Hungría, países gobernados por partidos de signo ultraconservador y ultranacionalista.
El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, señaló que el club europeo «rinde homenaje a la diversidad humana en toda su riqueza, y al derecho de toda persona a estar orgullosa de quienes son, a definir su propia identidad y a amar a la persona que elija».
LA DISCRIMINACIÓN Y LA INTOLERANCIA EN LA UE
Según la última encuesta publicada por la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) de la UE, el 58% de las personas LGTBI se sintieron discriminadas o sufrieron acoso en los últimos cinco años en los países del club comunitario, un porcentaje que se agrava entre la comunidad «trans», el 60% de cuyos integrantes sintió actitudes discriminatorias en 2019.
El 40% opina que el prejuicio y la intolerancia contra las personas LGBTI ha crecido «un poco» o «mucho» en su país, frente al 36% que cree que ha bajado «un poco» o «mucho», porcentajes que varían considerablemente dependiendo del país.
LOS CASOS ESPECÍFICOS DE POLONIA Y HUNGRÍA
En relación con Hungría, el Gobierno del primer ministro, Viktor Orbán, «ha dejado siempre claro que no es un gran amigo de la comunidad LGTBI», según dijo a Efe Tamás Dombos, miembro de la directiva de la Sociedad Háttér, una ONG que defiende los derechos de esa comunidad.
De hecho, se espera para la próxima semana la aprobación en el Parlamento (donde el partido de Orban, el Fidesz, cuenta con amplia mayoría) de una norma que imposibilita a los transexuales registrar en sus documentos su nuevo sexo y nombre. En Polonia, el clima se ha vuelto cada vez más hostil para el colectivo LGTBTI, debido a las soflamas cada vez más radicales procedentes de la Iglesia católica y de organizaciones conservadoras alineadas con el gobierno.
Además, proliferan por el país las autodenominadas «zonas libres de ideología LGBTI», una iniciativa a la que se han sumado ya más de 100 municipios, hasta el punto de que la ILGA, considera a Polonia el país «mas homófobo» de la UE.
LA SITUACIÓN EN CHINA
En China, la homosexualidad es legal desde 1997 y fue desclasificada como enfermedad mental en 2001, aunque entre sus ciudadanos es común que muchos perciban esta opción con extrañeza. Desde la organización defensora de los derechos humanos China Human Rights Defenders, Leo Lan cuenta a Efe que «queda mucho hasta que los derechos LGTBI se respeten» en China.
Entretanto en Taiwán se cumple hoy un año desde la legalización del matrimonio homosexual, el primer país de Asia en hacerlo, mientras que en Hong Kong Amnistía Internacional denuncia que no existe legislación contra «la discriminación basada en la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de ésta».
LA INDIA Y SUR DE ASIA
La situación de la comunidad LGTBI continúa siendo complicada en la mayoría de los países del Sur de Asia, aunque ha habido cambios, el mayor de los cuales se produjo en 2018, cuando la India despenalizó las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
El Tribunal Supremo de la India consideró inconstitucional el artículo 377 del Código Penal, que condenaba con penas de prisión las relaciones «contra natura».
El artículo en cuestión, que data de la época victoriana, sigue vigente en otras excolonias británicas de la región, como Pakistán y Bangladesh, donde la homosexualidad se castiga con penas de cárcel que pueden llegar a la cadena perpetua. Sri Lanka, en un artículo similar impone penas de hasta 10 años de prisión para todo aquel que incurra en acciones sexuales «contra natura», mientras que Bután y Maldivas imponen sanciones menores, según la ILGA.
AFRICA SUBSAHARIANA
Según declaró a Efe el coordinador legal de Amnistía Internacional para África (AI), Japhet Biegon, el impacto de la declaración de la OMS «ha sido relativamente bajo en el continente», donde una treintena de países aún tipifica como delito las relaciones LGTBI .
«El tema principal en el debate sobre los derechos de las personas LGBTI en África ha sido la invocación de la cultura y tradición africana en oposición a la sexualidad ‘occidental’ del mismo género», indicó.