Roma, EFE – El yacimiento arqueológico de Pompeya (sur de Italia) abrió hoy al público la Casa de los Vettii, la «domus» de dos ricos libertos decorada con numerosas escenas eróticas y que ha permanecido cerrada durante los últimos veinte años.
El ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, asistió con otras autoridades a la reapertura y celebró en un comunicado la recuperación de «un espacio único en su género e inaccesible» en las últimas dos décadas.
La Casa de los Vettii es una de las «domus» más apreciadas de esta antigua urbe romana a las puertas de Nápoles, arrasada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C y Patrimonio de la Humanidad.
Excavada entre 1894 y 1896, la casa de los Vettii formaba parte del complejo de dos libertos -Aulus Vettius Conviva y Aulus Vettius Restitutus- que se habían enriquecido con el comercio del vino.
La lujosa decoración pictórica y escultórica de la «domus» refleja también la prosperidad de toda esta ciudad, donde se producía vino para todo el Mediterráneo, así como un modelo social que permitía a dos esclavos escalar en la jerarquía de clases pompeyana.
La Casa de los Vettii, además de ser uno de los máximos ejemplos del arte romano del siglo I, conserva una serie de frescos y estatuas de marcado carácter erótico.
Su jardín, rodeado por columnas contaba con un sistema de agua y pequeñas fuentes, ha recuperado dos estatuas originales, entre estas la de Priapo, dios de la abundancia y reconocido en la iconografía clásica por su enorme pene, también dibujado en sus muros.
Por otro lado, junto a la cocina se localizó una estancia decorada con pequeños frescos de temática erótica que, según algunas hipótesis, pudo servir para ejercer la prostitución.
De hecho, en la pared izquierda del vestíbulo de la casa se halló la inscripción de una mujer de nombre Eutychis que era descrita como «griega y de hermosas maneras» y ofrecida por dos ases.
El director del yacimiento, Gabriel Zuchtriegel, apuntó que esta mujer era una «esclava griega que pertenecía a los estratos más vulnerables de la sociedad» de Pompeya.
El lugar, portada de guías turísticas de medio mundo, ha permanecido cerrado durante veinte años, con excepción de una reapertura parcial en 2016 que permitió mostrar únicamente su atrio y algunos espacios adyacentes.
Ahora es posible admirar esta impresionante «domus» restaurada por arqueólogos, arquitectos, ingenieros y expertos en jardinería.
La parte más complicada ha sido la retirada de las capas de cera que en el pasado se aplicaron sobre los frescos para intentar conservarlos, una práctica que con los años se descubrió altamente perjudicial para los bienes culturales.
Tan es así que esta cera ha acabado oscureciendo algunos frescos y escenas mitológicas conservados bajo el suelo de Pompeya durante siglos.
«La Casa de los Vettii es la historia del mundo romano encerrada dentro de un mismo edificio, como una ‘casa-museo’ de la romanidad», alegó Zuchtriegel.
Y es que los frescos mitológicos y sus excepcionales esculturas en mármol y bronce no solo demuestran el legado helénico de la cultura romana, sino también suponen una muestra de «la vida económica y social de la ciudad» y del distinto futuro que deparaba a sus clases pobres.