Sídney (Australia), 10 dic (EFE) – Las autoridades de Nueva Zelanda han puesto en marcha una investigación sobre la erupción del volcán Whakaari, que podría haber acabado con la vida de al menos 13 de las 47 personas, en su mayoría turistas, que se encontraban en la isla deshabitada del noreste del país en el momento de la tragedia.
Hasta ahora se ha confirmado la muerte de cinco personas, pero las autoridades aseguran que hay «fuertes indicios» que apuntan hacia el fallecimiento de otras ocho personas que permanecen desaparecidas.
El número de heridos ingresados en unidades de quemados de varios hospitales del país asciende a 31, una veintena de ellos en condición grave, por lo que no se descarta que alguno de ellos fallezca.
De momento, las autoridades no han difundido las identidades de las víctimas pero si se han transcendido sus nacionalidades: una es malasia y otra neozelandesa, mientras que el primer ministro de Australia, Scott Morrison, dijo que cree que el resto de las víctimas mortales son australianos.
INVESTIGACIÓN POLICIAL
La Policía anunció este martes que abrirá una investigación, a instancias de un juez forense, aunque matizó que todavía «es demasiado pronto para confirmar si será una investigación penal».
Las pesquisas incluirán a los operadores turísticos que realizan excursiones a esta isla, ubicada a 48 kilómetros al este de la Isla Norte y que pertenece desde 1952 a una fundación privada de la familia Buttle en calidad de reserva natural.
La isla Whakaari, también conocida como White Island, recibió 17.500 turistas el año pasado.
El presidente de la empresa White Island Tours, Paul Quinn, dijo a la cadena pública TVNZ que ese día fueron a la isla a tenor de los informes del organismo gubernamental geocientífico GNS, que, según sus criterios, ese día era seguro realizar actividades turísticas.
No obstante, el experto en geología Ray Gus, de la australiana Universidad de Monash, opina que White Island «era un desastre que veía venir desde hace años».
«Tras haber visitado la isla dos veces, siempre sentí que era demasiado peligroso permitir que entren diariamente grupos de turistas a visitar la isla volcánica deshabitada ya sea por mar o por aire», comentó Gus en declaraciones citadas por el portal New Zealand Herald.
El pasado día 3 de diciembre, el grupo de control de actividad geológica GeoNet advirtió de que el volcán Whakaari «entró en un periodo de actividad eruptiva», aunque precisó que la situación «no representa un peligro directo para los visitantes».
CUERPOS CUBIERTOS DE CENIZA
El subcomisario de la Policía neozelandesa, John Tims, dijo este martes en una rueda de prensa que «no se puede decir al 100 % que todos (los desaparecidos) estén muertos, pero hay fuertes indicios de que nadie en la isla permanece con vida».
Tims indicó que las autoridades cuentan con una serie de imágenes donde identifican seis localizaciones donde creen descansan los cuerpos sin vida de seis de los desaparecidos, mientras que aún faltan dos personas por localizar.
Estos cadáveres habrían quedado cubiertos por la ceniza expulsada por el volcán, cuya actividad continúa y los geólogos conceden el 50 % de posibilidades de que se produzca una nueva erupción moderada en las próximas 24 horas.
El jefe policial explicó que en la presente jornada los fuertes vientos alrededor del Whakaari han impedido el envío de un dron para analizar la emisión de gases y así poder determinar si es seguro regresar a la zona.
HERIDOS CON PRONÓSTICO RESERVADO
Los médicos indican que 27 de los 31 heridos que permanecen ingresados cuentan con pronóstico reservado debido a que las quemaduras resultantes de la erupción cubren más del 30 por ciento de sus cuerpos y varios sufren de quemaduras internas.
«Es posible que no todos los pacientes (quemados) sobrevivan», apuntó el portavoz del ministerio de Salud, Pete Watson, quien explicó que la mayoría de los heridos inhaló gas y cenizas y por ello necesitan aparatos de asistencia respiratoria.
Otros tres afectados recibieron ya el alta médica.
Las autoridades han detallado que las edades de las 47 personas a las que pilló por sorpresa en la isla, que oscilan entre los 13 y 72 años, y sus nacionalidades: 24 australianas, 9 estadounidenses, 5 neozelandesas, 4 alemanas, dos británicas, dos chinas y una malasia.