Nueva York, 16 abr (EFE) – La ciudad de Nueva York va a utilizar 11,000 habitaciones de hotel para aislar a personas con COVID-19 y evitar que contagien a sus familiares, con prioridad para comunidades de pocos recursos e inmigrantes, que viven más hacinadas y que se están viendo especialmente golpeadas por el coronavirus.
«Esto es algo que nos va a ayudar a proteger gente y a frenar la expansión de la enfermedad», explicó en una conferencia de prensa el alcalde, Bill de Blasio.
«Hay muchas personas en hogares multigeneracionales, especialmente en áreas de pocos ingresos, que simplemente no tienen mucho espacio», recordó, subrayando el peligro que eso plantea para las familias y, sobre todo, para personas en situación de riesgo por su edad o estado de salud.
Barrios humildes y comunidades inmigrantes de distritos neoyorquinos como Queens y El Bronx se han convertido en el epicentro del epicentro de la pandemia en Estados Unidos, con el virus aprovechando el hacinamiento en el que viven muchos ciudadanos y su necesidad de seguir trabajando para mantenerse.
Según De Blasio, las personas enfermas en esas áreas y que no puedan aislarse en sus casas deben tener acceso de forma gratuita a una habitación de hotel para proteger a sus familiares y al resto de la comunidad, por lo que serán las que tengan prioridad.
Además, los hoteles seguirán estando disponibles para el personal sanitario que quiera utilizarlos y no poner en riesgo a sus familias.
Inicialmente, Nueva York había planeado usar multitud de hoteles como hospitales improvisados en caso de necesidad, algo que finalmente no se ha materializado porque las proyecciones más pesimistas no se han hecho realidad y que permitirá utilizarlos como lugar de cuarentena.
Además, la ciudad sigue liberando a presos de sus cárceles, sobre todo a personas no peligrosas que estaban a la espera de juicio, para reducir el riesgo de contagios.
Según De Blasio, el número de prisioneros en el sistema municipal está ahora mismo por debajo de los 4,000, su cifra más baja desde 1946.