Rabat (EFE) – Marruecos vive una de sus peores sequías de la historia con una caída del 67% de las lluvias y del 66% de las entradas de agua a los embalses en los últimos tres meses, informó este jueves el ministro marroquí de Fomento y Agua, Nizar Baraka.
En una rueda de prensa tras la reunión semanal del Gobierno, Baraka explicó que la media de las precipitaciones registradas en el país en los últimos tres meses fue de 21 milímetros, un 67% por debajo de la media anual.
Asimismo, indicó que las entradas de agua a los embalses en el mismo periodo fueron de 519 millones de metros cúbicos, frente a los 1.500 millones de metros cúbicos del año pasado, lo que supone una disminución del 66 por ciento.
Asimismo, señaló que la temperatura media superó en 1.3 grados la media anual en el mismo periodo, lo que ha tenido un impacto en la evaporación del agua almacenada en los embalses.
Estos datos reflejan, según el ministro, la grave situación de sequía que atraviesa Marruecos por el quinto año consecutivo, que ha visto reducirse sus recursos hídricos de forma alarmante en los últimos años.
Baraka puso como ejemplo la región de Loukkos, en el noroeste del país, que representa el mayor depósito de agua de Marruecos, donde el nivel medio anual de entradas de agua a los embalses es de 282 millones de metros cúbicos, mientras que en los últimos tres meses solo entraron 23 millones de metros cúbicos.
Ante este escenario, el ministro anunció que el Gobierno ha adoptado una serie de medidas para mitigar el impacto de la sequía, entre las que destacan la interconexión de los depósitos hídricos y la aceleración de los proyectos de desalinización.
Asimismo, anunció la aplicación de medidas estrictas para racionalizar el consumo de agua y evitar el derroche, que podrían llegar al corte periódico del suministro en algunas zonas.