La Habana (EFE) – El año en que se conmemora el 60 aniversario de la Revolución cubana, el Día del Trabajo congregó en las principales ciudades de la isla a decenas de miles de personas que expresaron su rechazo a las nuevas sanciones de Estados Unidos, las más duras en décadas.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y el exmandatario y aún primer secretario del Partido Comunista (PCC, único legal), Raúl Castro, lideraron desde la tribuna la marcha principal, que partió de la emblemática Plaza de la Revolución de La Habana.
La marcha, que duró algo menos de dos horas, se desarrolló a primera hora de la mañana en un ambiente festivo con consignas políticas y música, espontáneos bailes entre los asistentes e incontables banderas y pancartas, con el lema «Unidad, compromiso y victoria» en la principal de ellas.
Si algo marcó la celebración de este año fue la recurrente alusión, tanto en las pancartas como en los comentarios de autoridades y medios de comunicación estatales, a las recientes amenazas del presidente Donald Trump de endurecer al máximo el embargo económico que EE.UU. impone a la isla desde hace casi seis décadas.
El mandatario cubano ya calentó el ambiente antes de la marcha con un mensaje de Twitter en el que prometió dar «contundente, firme y revolucionaria respuesta a las declaraciones cargadas de amenazas, provocaciones, mentiras y calumnias del imperio yanqui».
Esta celebración históricamente proletaria tiene lugar solo un día antes de que entre en vigor el Título III de la ley Helms-Burton, que autoriza demandas en tribunales estadounidenses contra empresas extranjeras que operen en propiedades nacionalizadas en Cuba, lo que supone una importante amenaza a las inversiones en la isla.
A ello se suman otras medidas punitivas, anunciadas al mismo tiempo, como los límites a las remesas desde Estados Unidos y el endurecimiento de las restricciones de viaje a la isla.
El martes, Trump también amenazó con imponer «un embargo completo» y «sanciones del mayor nivel» si las fuerzas militares y de inteligencia cubanas -que según Washington están infiltradas en Venezuela- «no cesan inmediatamente sus operaciones militares y de otro tipo» en el país suramericano.
Además de los mensajes de resistencia frente a las políticas del Gobierno estadounidense, en la marcha de este miércoles se observaron numerosas muestras de apoyo al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, un día después del frustrado intento de sacarlo del poder por parte del líder parlamentario, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países.
Venezuela es el principal socio y valedor de Cuba, país al que aporta aproximadamente la mitad de su demanda de petróleo a precios subvencionados y ambos forman, junto a Nicaragua, el bloque bolivariano al que el asesor de Trump, John Bolton, bautizó como la «troika de la tiranía».
También destacó la presencia en la marcha de La Habana de banderas del colectivo LGTB, que en los últimos años ha logrado una mayor aceptación y visibilización en el país caribeño en contraste con la dura represión sufrida décadas atrás.
En primera línea desfilaron los representantes del sector cubano de la salud, uno de los principales activos y fuente de divisas del Estado, que exporta los servicios de miles de médicos a varios países.
El protagonismo de los profesionales sanitarios en la marcha es significativo, ya que meses atrás miles de ellos dejaron Brasil por la ruptura del programa Más Médicos tras el ascenso a la presidencia de ese país del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Como cada año, en el Día del Trabajo cubano brillaron por su ausencia las reivindicaciones laborales, a pesar de que el sueldo medio de un trabajador estatal es de unos 30 dólares al mes, no existe el derecho a la huelga y la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC) es el único sindicato legal.
Sí cobraron un mayor protagonismo los teléfonos celulares, ya que por primera vez los asistentes pudieron enviar y publicar sus imágenes de la marcha gracias al servicio 3G disponible desde el pasado diciembre.
Además de los líderes cubanos y altas autoridades del Gobierno, el Ejército y el PCC, participaron en el evento más de 1,400 extranjeros pertenecientes a 103 países y 140 organizaciones sindicales, entre ellos varios miembros del Partido Comunista de Rusia.
Previamente al inicio de la marcha, se reprodujo para las masas el clásico discurso pronunciado hace 19 años durante la celebración del Primero de Mayo por el fallecido líder Fidel Castro, en el que define el concepto de revolución y convertido ahora en todo un catecismo en Cuba.
En paralelo al acto central de La Habana, en el resto de la isla los cubanos también salieron a la calle por el Primero de Mayo, con desfiles en las principales ciudades, como la oriental Santiago de Cuba, donde tuvo lugar el segundo acto más concurrido, presidido por el segundo secretario del PCC e histórico dirigente, José Ramón Machado Ventura.
Mientras, en la ciudad centro-occidental de Santa Clara el desfile tuvo lugar en el Complejo Escultórico Ernesto Guevara y se centró en la figura del guerrillero, que está enterrado allí.