Beirut, 8 ago (EFE) – Beirut se convirtió este sábado en escenario de violencia con un policía muerto y más de 200 heridos en medio de protestas contra la clase política tras la tragedia que el pasado martes golpeó al país y que ha generado una crisis de la que, según el primer ministro, Hasan Diab, solo se sale con elecciones anticipadas.
El «día del juicio» fue el lema escogido por los manifestantes para llamar a la protesta del sábado. Miles de libaneses, algunos con las escobas y las palas con las que en los últimos días han estado limpiando los escombros tras la explosión que el martes destrozó media Beirut, asistieron para exigir «dimisión» a los dirigentes del país.
No llevó mucho tiempo para que la protesta se convirtiera en violenta, cuando los manifestantes trataron de entrar en el Parlamento y la Policía respondió llenando las calles de gases lacrimógenos.
UN MUERTO Y MÁS DE 200 HERIDOS
Las Fuerzas de Seguridad indicaron en Twitter que «un miembro del Ministerio del Interior murió en el proceso de mantener la seguridad mientras asistía a retenidos dentro del hotel Le Gray, después de ser atacado por varios alborotadores asesinos, lo que llevó a que cayera y muriera».
El hotel Le Gray quedó en el medio de las protestas y un grupo de manifestantes prendió un fuego a sus puertas, lo que llevó a momentos de angustia en su interior.
Ese fue uno de los puntos de conflicto en una jornada con enfrentamientos en diversas partes del centro de Beirut que, según la Cruz Roja libanesa, llevaron a al menos 63 personas a ser trasladadas a hospitales y a 175 a ser atendidas sobre el terreno de heridas de diversa consideración.
Varias docenas de personas que marchaban por la capital irrumpieron en los ministerios de Asuntos Exteriores, Economía, Energía y Medio Ambiente.
En la sede de Exteriores, que había resultado dañada por la explosión del martes y solo estaba resguardada por dos miembros de las fuerzas de seguridad, los manifestantes leyeron un manifiesto contra la clase política del país.
Además, desplegaron una pancarta con el lema «Capital de la revolución del 17 de octubre», en alusión al día que explotaron las protestas que llevaron a la dimisión al anterior Gobierno de Saad Hariri.
ELECCIONES MIENTRAS SUBEN LOS MUERTOS
La indignación se ha incrementado en los últimos días tras la explosión el pasado martes en el puerto de Beirut de un cargamento de casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio.
El Ministerio de Salud libanés elevó hoy a 158 la cifra de muertos y a 6.000 la de heridos, mientras en este momento el número de personas desaparecidas es 21.
Con las calles incendiadas, Diab se dirigió a la nación en un discurso televisado para afirmar que el lunes propondrá la convocatoria de elecciones anticipadas.
«Llamo a los partidos a que acuerden el siguiente paso (…) propondré el lunes en (la reunión de) el Gabinete convocar elecciones anticipadas», indicó Diab.
El mandatario, que asumió el Gobierno en diciembre tras la dimisión de Saad Hariri en medio de las protestas que explotaron en octubre contra los dirigentes y el sistema sectario, señaló que está dispuesto a «tomar la responsabilidad durante dos meses siempre que se emprendan reformas estructurales para salvar al país».
«Estamos en estado de emergencia con respecto al destino y futuro del país», dijo.
El primer ministro afirmó durante su alocución que «todos los responsables del desastre en el puerto responderán» por la tragedia.
CRISIS ENTRE LOS ESCOMBROS
La crisis política causada por la tragedia ha llevado a las primeras dimisiones en el Parlamento. Los diputados del partido Kataeb, una pequeña formación con tres escaños, anunciaron su renuncia y su decisión de acompañar las protestas de la población tras la explosión del martes.
El presidente del partido, Sami Gemeyel, dijo que “los representantes de Kataeb decidieron renunciar al Parlamento» y pasar «al frente con todos los libaneses honestos por el bien del Líbano, soberano libre e independiente”.
Las dimisiones se producen mientras sigue el trabajo de los equipos de rescatistas libaneses e internacionales en busca de cuerpos entre las ruinas y los alrededores del puerto de Beirut.
Las brigadas, algunas con perros y equipos de perforación, rebuscan entre las toneladas de escombros que han quedado tras una explosión que hoy se podía ver en lo que queda del puerto.
En el lugar en que estaba situado el almacén que explotó ahora solo hay un hueco que llena el mar.