Redacción Internacional, 5 de agosto de 2021 (EFE) – La Comisión Europea despejó este jueves el camino de la tercera dosis al atribuir la decisión a cada Estado, y limitarse a sugerir tener en cuenta las evidencias científicas, cuando algunos países miembros como Alemania y Francia, o desde fuera, el Reino Unido, anuncian el inicio en septiembre de una nueva ronda de vacunaciones.
Los países más desarrollados contemplan ya la opción para otoño, pese a la petición de moratoria hecha el miércoles por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que apela a la solidaridad con los países más pobres, y especialmente con sus habitantes más vulnerables y los más expuestos.
Las autoridades sanitarias de África, un continente en el que solo el 1.58 % de sus 1,200 millones de habitantes está vacunado contra el covid-19 con pauta completa, respaldaron este jueves la petición de moratoria lanzada por la OMS.
«Nuestra posición es clara. Necesitamos vacunar a tanta gente como sea posible con las vacunas disponibles antes de empezar a mirar hacia dosis de refuerzo», señaló este jueves el director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (África CDC) de la Unión Africana, John Nkengasong.
«Esta postura es porque sabemos del riesgo de crear más variantes», agregó el líder de la respuesta anticovid africana.
Sin embargo, compañías como Moderna apuestan por la tercera dosis antes de final de año debido al probable incremento de contagios provocado por la variante delta.
«Creemos que un refuerzo (dosis 3) probablemente será necesario este otoño (hemisferio norte), particularmente debido a (la variante) delta», señaló la empresa, que afirma haber obtenido datos prometedores de protección con una dosis de 50 microgramos y espera los de otra dosis de 100.
Para Moderna, «la fuerza de infección incrementada resultante de (la variante) delta», la «fatiga» por las acciones de prevención y los «efectos estacionales», como pasar más tiempo en interiores, «llevarán a un aumento de infecciones irruptivas en personas vacunadas».
Las empresas tienen un enorme filón de recursos en esa tercera dosis y, según datos recopilados por Efe, las grandes farmacéuticas internacionales involucradas en la producción de la vacuna contra la covid-19 ganaron, en su conjunto, más de 24,500 millones de euros ($28,995 millones) en el primer semestre de 2021, impulsadas por la creciente demanda del fármaco.
Según dichos datos, Pfizer, AstraZeneca, Moderna y Johnson & Johnson (J&J), matriz de Janssen, consiguieron un beneficio neto de 24.522 millones de euros ($29.02 millones) en este periodo, un aumento del 66 % respecto a 2020.
En la disyuntiva presente, la portavoz de la CE Arianna Podestà precisó hoy durante una rueda de prensa que «la elección sobre si se administra una dosis de refuerzo recae en los Estados miembros. Como siempre, alentamos las decisiones basadas en la ciencia, en línea con el consejo de la Agencia Europea del Medicamento (EMA)».
Aclaró que, en cualquier caso, para el futuro es necesario «seguir garantizando la disponibilidad de suficientes vacunas, también en los próximos años, ante la posible necesidad de dosis de refuerzo si la evidencia científica lo confirma y también para la aparición de nuevas variantes».
Hoy, en un video colgado en las redes sociales, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció que su país se prepara para administrar la tercera dosis de la vacuna contra la covid «para las personas más ancianas y las más frágiles».
La nueva dosis, aclaró, comenzará a inyectarse a partir de septiembre.
«Será necesaria, con toda seguridad, una tercera dosis, no para todo el mundo de forma inmediata, pero sí para los más ancianos y los más frágiles. Por eso nos preparamos para esta tercera dosis», explicó Macron.
Y según él, esa es la doctrina que les han indicado los científicos, que recomiendan que para «las personas inmunodeprimidas (…) ha quedado establecido que para luchar de forma eficiente contra el virus serán necesarios recuerdos» de la vacuna.
Francia se suma así a Alemania y el Reino Unido, que junto con Israel, se muestran más que decididos a emprender el camino de la tercera dosis.
También hoy, el primer ministro israelí, Naftali Benet, animó a los mayores de 60 años a recibir la tercera dosis.
«Quisiera reiterar, quien sea mayor de 60 años y aún no haya recibido la tercera dosis de la vacuna, es seis veces más susceptible a enfermedades graves y, Dios no lo quiera, a la muerte», advirtió Benet.
La tercera dosis ya es administrada desde el domingo a los mayores de 60 años en Israel y hoy superó las 260.000 personas inoculadas con esa inyección adicional.
A mediados de julio, Israel ya comenzó a administrar la tercera dosis también a adultos inmunodeprimidos.
En Chile, en la avanzadilla de los países latinoamericanos que contemplan esa tercera dosis junto a Uruguay, su ministro de Salud, Enrique Paris, confirmó hoy que se pondrá en marcha un programa de «dosis de refuerzo», aunque resta fijar su calendario y determinar qué parte de la población accederá.
Uruguay aprobó el 28 de julio la administración de una tercera dosis con la vacuna de Pfizer a quienes hayan sido inoculados con el biológico chino de Coronavac y el martes pasado abrió la agenda para quienes elijan recibirla.
En República Dominicana, donde más de la mitad de su población adulta se ha vacunado, el Gobierno aplica desde el 1 de julio una tercera dosis ante la propagación de la variante delta.
Según datos oficiales divulgados a finales del mes pasado, 5.4 millones de personas (65.5 %) han recibido la primera dosis en ese país caribeño y 4 millones completaron el esquema de dos dosis (50.2 %), mientras que más de 300,000 personas recibieron el refuerzo de una tercera inoculación.
Por su parte, Estados Unidos reaccionó el miércoles con escepticismo a la petición de la OMS de una moratoria global a una tercera dosis de las vacunas y se negó a elegir entre donar algunas de ellas y reservarse otras.
«Creemos que es una elección irrelevante y que podemos hacer ambas cosas», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, al ser preguntada por la petición de la OMS.
Aunque las autoridades sanitarias estadounidenses no ven necesaria por el momento una tercera dosis de las vacunas contra el covid-19 aprobadas en el país, la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, en inglés) de EE.UU. no ha descartado autorizarla en un futuro.
China, que ha administrado 1,726 millones de dosis de sus vacunas pero no publica datos de cuántas personas han recibido la pauta completa de vacunación, mantiene su estrategia de supresión mediante la detección rápida de nuevos brotes y mantener así alejado el peligro de la variante Delta.
Nueva Zelanda, uno de los países que con mayor éxito ha combatido el covid-19 y vive una práctica normalidad desde hace meses, se mantiene ajena a la fiebre mundial por las vacunas, con el ritmo de inoculación más lento de las naciones desarrolladas.
Con menos del 17 % de su población elegible totalmente vacunada contra el covid-19, Nueva Zelanda queda por debajo de Surinam, Trinidad y Tobago, Albania y Perú en lo que respecta a las dosis administradas por cada 100 habitantes, según una tabla del diario The New York Times.