Beirut (EFE) – Las fuerzas kurdas han acatado una parte del acuerdo entre Turquía y EEUU y han cedido la ciudad de Ras al Ain a los turcos a tan solo dos días de que expire el alto el fuego temporal pactado por ambos países para que las milicias se retiren de una franja fronteriza en el norte de Siria.
«En el marco del alto el fuego temporal de las operaciones militares con la parte turca y por mediación estadounidense, la ciudad de Ras al Ain fue evacuada hoy completamente por los combatientes de las Fuerzas de Siria Democrática. Ya no hay ningún combatiente dentro de la ciudad», afirmó Kino Gabriel, un portavoz de las FSD (alianza liderada por los kurdos), en un comunicado en su cuenta de Twitter.
Fahim Aissa, comandante de la Brigada Sultán Murad, grupo que forma parte del opositor Ejército Libre Sirio (ELS) respaldado por Ankara, aseguró en la misma red social que habían «liberado por completo» la población, que estaba asediada por esta y otras brigadas rebeldes opositoras al Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad.
La ciudad de Ras al Ain, uno de los primeros objetivos de Ankara cuando lanzó su ofensiva en el norte de Siria, el pasado día 9, marca un extremo de la denominada «zona de seguridad» que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quiere establecer desde esta localidad hasta Tal Abiad y en la que aspira a reasentar a dos millones de refugiados sirios que hasta ahora permanecen en Turquía.
Las FSD no aportaron más detalles, pero el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ONG que cuenta con una amplia red de informadores sobre el terreno, indicó que los combatientes que estaban en la ciudad se retiraron en decenas de vehículos militares.
El repliegue se realizó al mismo tiempo que accedió a Ras al Ain un convoy médico de 40 vehículos para evacuar a todos aquellos heridos y cuerpos sin vida que no pudieron ser recuperados este sábado.
La evacuación de las víctimas de esa población estuvo bloqueada desde el jueves hasta ayer, cuando fueron trasladados una treintena de heridos que se encontraban en el único hospital de la localidad.
Las autoridades kurdosirias habían pedido a Turquía que abriera ese corredor humanitario para evacuar a las víctimas civiles de los ataques registrados durante el alto el fuego, que comenzó a las 22.00 hora local (19.00 GMT) del jueves.
Por su parte, la Media Luna Roja Kurda, una de las pocas organizaciones que accedió, elevó a 20 los civiles muertos desde el inicio de la tregua turca, incluidos cuatro que han perecido en el hospital de Ras al Ain, que ha quedado parcialmente destruido por los combates.
Ahora, los heridos han sido trasladados al hospital de Tal Tamer, al sur de Ras al Ain, según la ONG local que no está federada.
Pese a la retirada hoy de las FSD, Erdogan volvió a amenazar este domingo a las milicias kurdosirias, a las que considera «terroristas» por sus vínculos con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en Turquía.
«Si respetan el acuerdo, todo está bien. Si no, inmediatamente cuando se hayan cumplido las 120 horas, continuaremos la operación Fuente de Paz donde la dejamos», arguyó Erdogan, en referencia a la ofensiva que duró una semana hasta que Washington logró negociar un cese de las hostilidades de cinco días.
Hoy es el tercer día de ese alto el fuego entre Turquía y las milicias kurdosirias, que se habrían comprometido a retirarse, según EEUU, de áreas incluidas en la zona de seguridad de unos 30 kilómetros de ancho y 480 de largo que Ankara quiere crear.
Entretanto, las tropas estadounidenses de la coalición internacional que van saliendo de Siria por una decisión abrupta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se dirigirán a Irak para defender ese territorio y combatir al grupo terrorista Estado Islámico (EI), anunció el secretario de Defensa, Mark Esper.
La decisión afectará a unos mil soldados estadounidenses que estaban desplegados en el norte de Siria y que se sumarán a los 5,000 efectivos que ya hay en Irak, donde se teme un resurgir del EI por la inestabilidad en la vecina Siria.
El grupo extremista fue derrotado oficialmente en Irak en diciembre de 2017, aunque desde entonces hay una miríada de células que se esconden y reivindican prácticamente a diario ataques contra los civiles y fuerzas de seguridad.