El animal llegó al centro con problemas hepáticos y gastrointestinales, deshidratación severa, anemia severa y con llagas y hongos en la piel
La Paz (EFE) – Un cachorro de jaguar que presuntamente fue víctima de tráfico y tenencia ilegal de fauna silvestre se recupera en un centro de custodia en la región de Santa Cruz, la más poblada de Bolivia, al que llegó «en un pésimo estado» de salud, informó este viernes la Gobernación de ese departamento.
El animal, bautizado como Kobu, recibe atención en el Centro de Atención y Derivación de Fauna Silvestre (CAD) de la Gobernación cruceña, informó la responsable de rescate de fauna silvestre de esa entidad, la bióloga Eliamne Gutiérrez.
Según Gutiérrez, un «intermediario anónimo» contactó al centro después de convencer a las personas que tenían al cachorro de que lo entreguen.
«Él (el informante) no tiene datos de su procedencia, no sabemos cuál es la situación en que vino, solo sabemos que Kobu llegó en un pésimo estado, casi al borde de la muerte», explicó la experta.
Los rescatistas sospechan que quienes tenían al animal mataron a la madre, algo que es muy común, pues la gente opta por matar a los jaguares adultos por «miedo» y se queda con sus crías.
«Creemos que a la madre la mataron y que se trajeron a los cachorros, y cuando los cachorros, debido a la mala alimentación, estuvieron en un estado deplorable, no les quedó otra que abandonarlos», indicó Gutiérrez.
Como el jaguar (panthera onca) es una «especie prioritaria» en la región y a nivel nacional al encontrarse en situación «vulnerable», en el CAD se dio prioridad a la recuperación del pequeño Kobu, aseguró.
El animal llegó al centro con problemas hepáticos y gastrointestinales, deshidratación severa, anemia severa y con llagas y hongos en la piel.
Mediante un tratamiento veterinario que, entre otros, incluyó el suministro de suplementos vitamínicos, el cachorro recuperó peso, tamaño y apetito, ya puede «realizar todas sus funciones vitales de manera natural» y su pelaje está sano, resaltó Gutiérrez.
La bióloga manifestó que autoridades y población deberían «lamentar que lo que le pasó a Kobu les pasa a muchos otros animales», pues al cachorro «le arrebataron todo, su familia, su dignidad y su derecho a vivir como un jaguar en estado de libertad».
Por eso, instó a tomar conciencia de que «los animales silvestres no están hechos para ser mascotas» y que, además de ser ilegal, su tenencia doméstica puede tener repercusiones en la salud tanto del animal como de las personas.