Por Alicia Sánchez, Eulàlia Galante y Mónica Rubalcava
Nueva York/Washington/Los Ángeles (EFE) – Miles de estudiantes han tomado en las últimas semanas las universidades de Estados Unidos con manifestaciones y acampadas para protestar contra la guerra de Israel en Gaza, en lo que suponen las mayores movilizaciones de este tipo en décadas.
Las protestas, que ya han dejado más de 2,500 detenidos, tuvieron su detonante en los intentos de la policía para desmantelar el 18 de abril una acampada en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Desde entonces, ese movimiento se ha extendido a más de medio centenar de centros educativos en EE.UU.
Esta es la historia de cuatro activistas que EFE entrevistó en las ciudades de Los Ángeles, Nueva York y Washington:
Mona, una estudiante de Columbia que lleva el conflicto en el corazón
Mona, que estudia en la Universidad de Columbia, siente la guerra en Gaza de manera muy cercana a su corazón por sus raíces egipcias. Durante la acampada de protesta en el campus, se la veía sentada en el césped junto a otras compañeras y, para evitar ser identificada, cubría su rostro con una mascarilla quirúrgica.
En declaraciones a EFE, explicó que la esperanza de lograr un cambio es lo que la había llevado a participar en la protesta, aunque reconoció que sentía cierto miedo.
«Ya no es solo que puedan expulsarte, sino que pueden detenerte», explicaba.
Uno de sus principales reclamos era la eliminación de cualquier inversión que la Universidad de Columbia tenga en fabricantes de armas o en empresas israelíes, una demanda similar a las protestas de la década de 1980 que lograron que algunas universidades retiraran sus inversiones en Sudáfrica durante la época del apartheid.
La acampada donde se encontraba Mona estaba repleta de banderas palestinas y carteles con consignas como «Somos humanos, no animales», «Únete o vete», «Libertad para Gaza» o «Alto el fuego ya».
Juan quiere dar voz «a quienes no la tienen en Gaza»
A unos 400 kilómetros, en la Universidad George Washington de la capital de Estados Unidos, otro estudiante, Juan, dijo a EFE que había decidido participar en la acampada del campus para dar su voz «a quienes no la tienen ahora en Gaza».
Entre tiendas y cánticos a favor de la liberación de Palestina, el joven de 21 años explicó que detrás de la organización del campamento están varias entidades universitarias, locales y algunas con alcance nacional como la organización judía antisionista de izquierda ‘Jewish Voice for Peace’.
En este sentido, aclaró que «no es lo mismo antisionismo que antisemitismo», por lo que rechazó la opinión de quienes aseguran que las protestas muestran odio hacia los judíos, y afirmó que el mensaje de las protestas es otro, dirigido a pedir el fin de la guerra en Gaza, donde ya han muerto más de 34.000 personas.
«Estamos en contra del genocidio», afirmó Juan, originario de Las Vegas, con una kufiya en el cuello y que no quiso dar su apellido por miedo a represalias.
Malini, una profesora que quiere proteger a sus estudiantes
También en la Universidad George Washington habló con EFE Malini Ranganathan, profesora asociada del centro que da clases de desarrollo, salud y medioambiente en la facultad de relaciones internacionales.
Su objetivo es que «los estudiantes en pie contra el genocidio y por la desinversión de las universidades estén protegidos» y, por ello, esta semana formó parte de una cadena humana destinada a defender la acampada proPalestina en la que se concentraban alumnos como Juan.
La acampada en la Universidad George Washington empezó el 25 de abril y, como otros centros, ha sido escenario de tensión con grupos minoritarios, algunos que dicen ser proisraelíes y que gritan consignas contra los manifestantes propalestinos.
Estudiantes judíos que gritan contra la guerra en Gaza
Entre los manifestantes propalestinos, sin embargo, hay un numeroso grupo de estadounidenses judíos, muchos de ellos especialmente progresistas.
Uno de ellos, que habló con EFE con la condición de que no se usara su nombre, ha desempeñado un papel muy activo en las protestas de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
«Como judío, no soporto que se utilice la historia del Holocausto para justificar la matanza de generaciones de familias por el delito de existir. Para mí, ser judío significa protestar y resistir al sionismo y a cualquiera que lo defienda», aseguró a EFE.
El joven, de 27 años y estudiante en el Instituto Americano de Cine, ha estado participando en las protestas de la UCLA porque quiere formar parte de un movimiento que para él es el «despertar» de las personas en el mundo ante las imágenes «atroces» de la ofensiva israelí en Gaza.