Miami (EFE) – Las poblaciones de Florida en la costa del Golfo de México se hallan este martes en estado de emergencia y se han volcado en los preparativos ante la esperada llegada del sistema Helene, que se prevé que el próximo jueves alcance este sureño estado como un huracán mayor.
Del total de 67 condados que tiene Florida, 61 se hallan bajo estado de emergencia decretados por el gobernador estatal, Ron DeSantis, quien en una rueda de prensa instó a la población a tomar las precauciones necesarias y a evacuar en el caso de quienes residen en zonas de riesgo.
«Vamos a ver impactos significativos pase lo que pase», alertó DeSantis sobre un ciclón que arrastrará fuertes vientos y precipitaciones, además de generar una peligrosa marejada ciclónica que impactará poblaciones en la costa del Golfo de México con una subida del nivel del mar de hasta 4.5 metros.
En los condados de Hillsborough, Pinellas y Pasco, por citar algunos, las clases escolares han sido suspendidas los días miércoles y jueves a causa de la tormenta tropical Helene, que este martes presenta vientos máximos sostenidos de 75 kilómetros por hora.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de EE.UU. ha alertado, no obstante, de que Helene tendrá un fortalecimiento rápido y «continuo», y se pronostica que en el lapso de 48 horas llegue a ser un huracán de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson (de un máximo de cinco), precisamente cuando esté a punto de tocar tierra en Florida.
Helene, el noveno ciclón tropical en la actual temporada de huracanes en el Atlántico, y el octavo con nombre, se ubica la tarde de este martes a unos 280 kilómetros al sur del extremo occidental de Cuba, y se prevé que el miércoles se desplace sobre las aguas calientes del Golfo de México, que servirán de combustible para su intensificación.
Según el portavoz de la Casa Blanca Jeremy Edwards, el presidente de EE.UU., Joe Biden, está al tanto de la trayectoria de Helene, que una vez que toque tierra en Florida afectará a Georgia, Alabama y Tennessee, y ha ordenado el desplazamiento de socorristas y personal de emergencias, así como el envío de alimentos, agua y generadores de energía.
El gobernador DeSantis confirmó que hay hasta 3,000 miembros de la Guardia Nacional de Florida listos para asistir en las zonas que resulten afectadas por Helene, que se prevé que sea un huracán de gran tamaño y deje sentir sus efectos en buena parte del estado.
Medios locales mostraron imágenes de residentes que recogen sacos de arena y dan cuenta de personas que empiezan a evacuar. El Hospital General de Tampa ha erigido una barrera de hasta tres metros como medida de protección ante las previsibles inundaciones, de acuerdo a la cadena ABC.
De acuerdo a las predicciones del NHC, el sistema podría tocar tierra en el noroeste de Florida, en la zona conocida como Big Bend, precisamente donde el pasado mes de agosto lo hizo el huracán Debby, de categoría 1.
En esa misma región, en agosto del año pasado el poderoso huracán Idalia, de categoría 3 y que se fortaleció de forma considerable sobre las aguas del Golfo de México en unas 24 horas, tocó tierra y generó inundaciones históricas que llegaron hasta la ciudad de Tampa.
De convertirse en huracán, Helene será el quinto que se forme en la actual temporada en el Atlántico, que se estima tendrá una actividad superior al promedio, y el cuarto que toque tierras estadounidenses, de impactar en Florida como se prevé.