Stacey Plaskett denuncia la falta de representación para más de cuatro millones de ciudadanos en territorios de EE. UU.
Durante la votación para elegir al presidente de la Cámara de Representantes el pasado viernes, Stacey Plaskett, delegada de las Islas Vírgenes de Estados Unidos, realizó una intervención que atrajo atención al problema de la exclusión de los territorios en decisiones clave del Congreso.
Plaskett presentó una pregunta parlamentaria al funcionario encargado de las reglas de la Cámara, cuestionando por qué los delegados de territorios como Puerto Rico, Guam, Samoa Americana, las Islas Marianas del Norte y el Distrito de Columbia no pueden votar en la elección del presidente de la Cámara, a pesar de representar a más de cuatro millones de ciudadanos estadounidenses.
«Este cuerpo y esta nación tienen un problema con los territorios y las colonias. Lo que se suponía que sería temporal, se ha convertido en algo permanente», afirmó Plaskett durante su intervención. Su micrófono fue cortado abruptamente mientras hablaba, aunque alcanzó a proclamar: “¡Pero tengo voz!” antes de ser silenciada por completo.
Una exclusión histórica
Actualmente, los delegados de los territorios estadounidenses y el Distrito de Columbia tienen voz en las discusiones del Congreso, pero no cuentan con derecho a voto en decisiones legislativas, incluyendo la elección del presidente de la Cámara. Este estatus subraya una desigualdad en la representación de estas regiones en el sistema político de Estados Unidos.
El breve pero contundente mensaje de Plaskett expuso una problemática que afecta a millones de ciudadanos: la falta de una representación completa y equitativa en el Congreso, lo que pone en duda el compromiso del país con sus ideales democráticos.
El episodio ha reavivado el debate sobre la representación de los territorios, destacando la necesidad de abordar una deuda histórica con estas comunidades.