Por Yolanda Salazar
La Paz (EFE) – Los arqueólogos Carla Jaimes y Heiko Prümers ganaron el premio ‘Field Discovery 2023″ otorgado por la Universidad de Shanghái por el descubrimiento de ciudades precolombinos en la Amazonía de Bolivia, a través del uso de la tecnología Lidar.
Se trata de la investigación ‘Urbanismo prehispánico de baja densidad en la Amazonía boliviana’ que realizaron ambos arqueólogos en los Llanos de Moxos en el departamento amazónico de Beni y que fue escogida entre 138 postulaciones de todo el mundo por la relevancia de sus hallazgos y la contribución a la arqueología.
«Estos premios de reconocimiento incentivan a que la gente se entere más de las investigaciones que llevamos haciendo. Para nosotros es un aliciente por el reconocimiento que significa y de alguna manera nos motiva a continuar la investigación», dijo a EFE Jaimes en una entrevista telemática.
Además presentaron sus hallazgos en el quinto foro de arqueología de Shanghái en el que se discute los últimos avances de esta rama de estudio.
Tecnología Lidar
Los arqueólogos publicaron la investigación en 2019 en el que en colaboración con la Universidad de Bonn, el Instituto Alemán de Arqueología y la Universidad Exeter utilizaron la tecnología Light Detection and Ranging (Lidar), que «está revolucionando» este tipo de indagaciones, ya que escanea la superficie y permite «ver lo que se encuentra debajo de la floresta».
«Los resultados fueron espléndidos porque nos ayudaron a darnos cuenta que estos sitios que habíamos estado excavando durante mucho tiempo eran parte de un sistema bastante complejo interconectado y que en realidad son monumentos, no un sitio arqueológico, sino monumentos de un mismo poblado bastante grande», subrayó Jaimes.
La arqueóloga boliviana explicó que los Llanos de Moxos es «la región con mayor cantidad de sitios arqueológicos de toda la cuenca amazónica» y que tiene una extensión de 110,000 kilómetros cuadrados de los cuales se escanearon unos 220 kilómetros que les permitió ver ciudades prehispánicas, plataformas, plazas en forma de u, entre otros.
«Demostramos que debajo de la floresta existía una diversa complejidad de obras de tierra que eran sitios muy extensos de hasta 300 hectáreas que además están interconectadas con sistemas que podrían controlar áreas de hasta 500 kilómetros cuadrados», expresó.
Estas urbes se interconectan con otros sitios arqueológicos por medio de calzadas, caminos, canales, tienen terraplenes poligonales que se cree que son «obras públicas y ceremoniales» que pertenecen a la cultura Casarabe que habitó el lugar desde 500 a 1,400 D.C. y esas «ciudades» tienen «una importante planificación del espacio» ya que tenían sitios dedicados a sus cementerios, entre otras características.
También hay muchos artefactos de cerámica, como también hechos de huesos de animales e instrumentos para tejer y contaban con canales para mover el agua.
«Toda esta idea de que los pueblos amazónicos eran cazadores, recolectores que vivían con una agricultura incipiente, que no han llegado a tener sociedades complejas, todo eso cambia y creo que es muy importante», destacó Jaimes.
La arqueóloga estudia los Llanos de Moxos hace más de 20 años y considera ese lugar un «tesoro arqueológico» que hay que continuar investigando y espera que para 2025 se pueda realizar las excavaciones de algunas de estas ciudades que vieron a través de Lidar.