Londres, 5 mar (EFE) – El emir de Dubái, Mohamed bin Rashid Al Maktum, secuestró y mantuvo cautivas a dos de sus hijas entre 2000 y 2018 e impulsó una campaña de «miedo e intimidación» contra su sexta esposa, la princesa Haya Bint Al Husein de Jordania, ha concluido un tribunal británico en un dictamen difundido hoy.
El Tribunal Superior de Londres ha considerado «demostrados» estos y otros hechos alegados por la princesa de 45 años, que el pasado abril llegó al Reino Unido procedente de EAU con su hija Al Jalila, de 12 años, y su hijo Zayed, de 8, huyendo de las amenazas de su exesposo.
Cuando el jeque Mohamed, de 70 años y primer ministro y vicepresidente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), reclamó el inmediato retorno a Dubái de sus hijos, la princesa solicitó a la corte británica una orden judicial de protección de menores, otra para prevenir un matrimonio forzado de su hija y una tercera de alejamiento para su propia protección.
Durante el proceso judicial, en el que el jeque no estuvo presente, la hermanastra del rey Abdulá II de Jordania pidió al juez Andrew McFarlane considerar «probados» los hechos que ella alegó como justificación para sus demandas.
Tras meses de oír testimonios, el juez ha emitido un dictamen conforme en el que considera demostrados los hechos y que se ha dado a conocer este jueves junto con otros detalles del juicio al ser denegada una petición del jeque de mantenerlo todo en secreto.
Así, hoy se ha sabido que el multimillonario mandatario, que se divorció de la princesa Haya en febrero de 2019 sin notificárselo, «ordenó y orquestó» el secuestro y retorno forzoso de Inglaterra a Dubái de su hija Shamsa, entonces de 19 años, en el año 2000, y de su hija Latifa primero en 2002 y otra vez en 2018, manteniéndolas bajo cautiverio durante años.
A través de su abogado, Charles Geekie, la princesa explicó que su exesposo impulsó además una campaña de «miedo e intimidación» en su contra, en la que por dos veces alguien le dejó una pistola cargada en la almohada y en marzo de 2019 un helicóptero vino a buscarla para supuestamente llevarla a una prisión en el desierto.
En un comunicado tras difundirse el dictamen, el jeque ha declarado que pidió el secreto judicial para «proteger el bienestar y los intereses de los niños» y lamentó que «este desenlace no los protege de la atención mediática del mismo modo que otros niños sí son protegidos en procesos de ley familiar en el Reino Unido».
«Como jefe de Gobierno, no pude participar en el proceso de establecimiento de los hechos de la corte. Esto ha resultado en la divulgación de un veredicto de ‘establecimiento de los hechos» que inevitablemente solo cuenta una parte de la historia», afirmó.
El jeque, que el pasado noviembre quiso retirar su petición de contacto con los niños para frenar que se expusieran las pruebas en su contra -lo que le fue denegado-, instó a la prensa a respetar la intimidad y no «entrometerse» en la vida de sus hijos en el Reino Unido.
El dictamen emitido hoy es cuando menos un golpe a la reputación del poderoso emir de Dubái, propietario de Godolphin Stables, establos de referencia en el mundo ecuestre, y que mantiene relaciones con la elite global, entre ellos la familia real británica.