París, 1 de mayo de 2022 (EFE) – Empañado por los altercados de París, el 1 de mayo reunió en diferentes ciudades de Francia a miles de manifestantes en un ambiente marcado por la inminencia de una coalición de partidos de izquierda para las legislativas francesas de mediados de junio.
En la capital francesa, se registraron, como otros años, disturbios al margen de la manifestación principal, atribuidos a pequeños grupos de radicales encapuchados que rompieron e incendiaron mobiliario urbano, restaurantes de comida rápida o sucursales bancarias.
De la marcha autorizada que partió sin incidentes de la plaza de la República, hubo una marginal parte que se separó y se congregó en la plaza Léon Blum, junto al bulévar Voltaire. Los policías -hubo 1,500 movilizados- lanzaron gases lacrimógenos para dispersar.
De momento, no fue comunicada la cuantía de los daños materiales, ni si hubo heridos o detenidos.
«Los vándalos vienen de estropear las manifestaciones del 1 de mayo, especialmente en París, perpetrando violencias inaceptables. Total apoyo a las fuerzas del orden», manifestó el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, en un mensaje de Twitter.
CRECIENTE FRACTURA SOCIAL
La manifestación del Día del Trabajo, compuesta por sindicatos y partidos de izquierda, sucede en medio de una creciente fractura social en Francia, vinculada con las medidas del presidente de la República, el centrista Emmanuel Macron, reelegido el pasado domingo para cinco años más.
«No espero nada de nada del nuevo mandato de cinco años de Macron, solo espero que haya escuchado el mensaje que le dimos y que no le abra una autopista a la extrema derecha», alertó Dominic, de 61 años y jubilado del sector eléctrico y del gas.
La protesta se produce justo una semana después que Macron batiese a la ultraderechista Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas , en parte gracias a los votos de la izquierda, eliminada en la primera con un notable resultado (22 % de los votos).
Entre los mensajes de la manifestación, destacaron los que estaban a favor de una disminución de la edad de jubilación, que Macron quiere extender de los 62 a los 65 años, y por un aumento del salario mínimo.
A solo cinco semanas de las elecciones legislativas, los mensajes que circularon en la protesta fueron también de tintes electorales, sobre todo por la aspiración de la izquierda de unirse en una candidatura conjunta para tener una buena presencia en la Asamblea que contrarreste el poder de Macron.
Un poco antes del inicio de la manifestación, Jean-Luc Mélenchon, líder de la fuerza de la izquierda con más votos, la Francia Insumisa (LFI), pronunció un pequeño mitin ante cientos de militantes en la plaza de la República.
En una encendida intervención, se mostró optimista para lograr un acuerdo entre las diferentes fuerzas progresistas y se dio hasta la media noche de este domingo de plazo para hacerlo.
«Estamos a milímetros de lograrlo, hemos conseguido avances, si no terminan (las negociaciones) esta noche no lo harán nunca. Estamos a solo cinco semanas de las elecciones legislativas», reveló Mélenchon,
Poco después de estas declaraciones, los socialistas, uno de los partidos más reticentes al acuerdo y que se habían retirado de la mesa el viernes, anunciaron que vuelven a negociar.
Mélenchon, que cosechó en las presidenciales de abril el 22 % de los votos, negocia con el Partido Socialista (PS), los Verdes y los comunistas un acuerdo para formar candidaturas conjuntas.
El dirigente, recibido por sus seguidores al grito de «primer ministro», dijo haber aceptado todas las condiciones puestas por los otros partidos y les garantizó un grupo parlamentario propio -hacen falta 15 diputados-, una oferta que considera generosa teniendo en cuenta los porcentajes de las presidenciales.
Mientras LFI obtuvo el 22 %, los Verdes consiguieron el 4,7 %, los comunistas, el 2,3 %, y el PS de la candidata Anne Hidalgo, el 1,7 %.
Asimismo, garantizó que en el programa no habrá una salida de la UE en los próximos cinco años, aunque avisó de que Francia «desobedecerá» las reglas y tratados europeos que contradigan lo que «haya decidido el pueblo francés», sin precisar más.
Poco después de su intervención, el secretario general del PS, Olivier Faure, anunció que retomaba esta noche las negociaciones con LFI. Con los Verdes, el acuerdo es muy probable, según sus dirigentes. El mayor escollo ahora es el histórico Partido Comunista Francés (PCF), pues «se ha retirado de la mesa», lamentó el propio Mélenchon.