Washington, 18 nov (EFE) – La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, en inglés), encargada de dar luz verde a la comercialización de fármacos, autorizó este miércoles la primera prueba de la COVID-19 para autodiagnóstico en casa, cuyo resultado se puede conocer en un máximo de 30 minutos.
El test del fabricante estadounidense Lucira Health recibió una autorización para uso de emergencia, señaló la FDA en un comunicado, donde destacó que es de un solo uso y está «destinado a detectar el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que causa la covid-19».
La prueba, a la que se puede tener acceso con receta médica, puede emplearse en el hogar para personas mayores de 14 años con sospecha de haber contraído la enfermedad; o en centros de atención sanitaria, como consultorios, hospitales, clínicas de primeros auxilios y salas de urgencia.
“Si bien hay pruebas de diagnóstico de COVID-19 que han sido autorizadas para la recolección de muestras en el hogar, esta es la primera prueba que se puede hacer por completo y proporcionar resultados en el hogar», dijo el comisionado de la FDA, Stephen Hahn, en el comunicado.
Para el funcionario, esta nueva opción «es un avance de diagnóstico importante para abordar la pandemia y reducir la carga pública de la transmisión de enfermedades».
El test se aplica recolectando una muestra nasal a través de un hisopo, que luego se coloca y remueve en un vial para impregnarlo.
Acto seguido, ese tubo se sitúa en una unidad de pruebas, que en 30 minutos o menos ofrecerá el resultado, positivo o negativo, en una pantalla luminosa.
La FDA aclaró que quienes den positivo tendrán que aislarse y buscar atención sanitaria; y si es negativo, pero la persona tiene síntomas similares a los de la COVID-19, entonces debería consultar con su médico, ya que un resultado de este tipo no descarta que la persona haya podido contraer el virus.
La prueba permitirá además el rastreo de los casos, ya que los médicos que prescriban el test deberán informar de todos los resultados que reciban.
El nuevo test se aprobó en un momento en que EE.UU. experimenta un repunte de la pandemia, de la que es el país más afectado en el mundo.
Según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, EE.UU. rebasó este miércoles el cuarto de millón (250,029) de muertos por la COVID-19, mientras que los contagios rozan los 11.5 millones.