Madrid (EFE) – Cientos de miles de personas se sumaron este domingo a las protestas convocadas por la derecha en toda España contra la amnistía a los independentistas catalanes, cuyos votos son indispensables para la investidura del líder socialista, Pedro Sánchez, como presidente del Gobierno para los próximos cuatro años.
«Ganaremos esta batalla», exclamó el líder de los conservadores españoles, Alberto Núñez Fejióo, durante la concentración en Madrid.
A las concentraciones convocadas por el conservador Partido Popular (PP) en todas las capitales de provincia españolas se sumaron entre otros el partido de extrema derecha Vox.
Nuevas elecciones y huelga general
Ante unas 80,000 personas, según fuentes gubernamentales, más de un millón según los convocantes, que llenaban la Puerta del Sol y sus alrededores en el centro de la capital de España, Núñez Fejióo recordó que su partido fue el más votado en las elecciones de julio en el país, aunque no logró los apoyos parlamentarios necesarios para gobernar.
El líder conservador se preguntó por qué el partido socialista PSOE de Sánchez, presidente del Gobierno español en funciones, tiene «miedo a las urnas» para ir a unos nuevos comicios, pues «nunca antes en España» gobernaba quien perdía las elecciones, en las que los socialistas fueron los segundos más votados.
«No a la amnistía», proclamó durante su intervención, en referencia al perdón a quienes desde 2012 fueron procesados por la Justicia por actividades relacionadas con el independentismo en la región española de Cataluña, pactado por Sánchez con fuerzas separatistas para que apoyen su investidura.
«No nos van a frenar», subrayó, a los «cientos de miles de españoles que están en las calles» en contra de las concesiones al separatismo, en lo que calificó de «jornada histórica en España».
Entre numerosas banderas españolas y también algunas de la Unión Europea, reclamó la atención de Europa sobre lo que pasa en España, que ejerce la presidencia semestral del Consejo comunitario.
Si fuera el PP quien hiciera esas cesiones, habría ya convocada en España una huelga general, comentó Núñez Feijóo, algo que demandaron a coro muchos de los asistentes mientras el líder conservador concluía que Sánchez «tendría que presentar su dimisión” o «se irá con deshonra”.
Clima de crispación
Otros de los participantes fueron más allá, como la presidenta del Gobierno regional de Madrid, la también conservadora Isabel Díaz Ayuso, al denunciar que Sánchez llevará a España «a una dictadura», o el líder del ultraderechista Vox, Santiago Abascal, quien le acusó de dar «un golpe de Estado» y mostró su apoyo a una huelga que paralice el país.
«Sánchez traidor», «Sánchez rompes la nación y creas crispación», «España no se vende, España se defiende» o «Sánchez dimite, el pueblo no te admite» eran algunos de los lemas que se leían en las pancartas y se escuchaban en las consignas durante las concentraciones en distintas ciudades, como Barcelona, Sevilla y Valencia.
Las protestas fueron las más numerosas entre las que desde hace nueve días tienen lugar en el país, ante sedes del PSOE y convocadas por redes sociales, que en algunos casos derivaron en incidentes que la derecha atribuye a una minoría violenta que intenta reventar concentraciones pacíficas.
Al terminar la concentración en Madrid, muchos de los asistentes marcharon hasta la sede socialista en la capital de España, donde anoche hubo de nuevo detenidos, entre ellos algunos menores, y también heridos en incidentes ante la sede central del PSOE, donde algunos días se vio a grupos ultra.
Sánchez, que el sábado reclamó mesura a la derecha y que acepte el resultado de las urnas, cuenta para su investidura con el apoyo de fuerzas de izquierda, nacionalistas e independentistas.
Entre ellas Junts, la formación del expresidente del Gobierno regional de Cataluña Carles Puigdemont que huyó de España tras la declaración unilateral de independencia de 2017 y sería uno de los beneficiados por la amnistía.
Esos apoyos suman 179 escaños de 350, por encima de la mayoría absoluta exigida en primera votación en el Parlamento español para la investidura, que se espera para esta semana aunque aún sin fecha fija.