Sao Paulo, 10 de diciembre de 2021 (EFE) – El Gobierno brasileño negó este jueves que se haya omitido en adoptar medidas de contención contra la variante ómicron del coronavirus, en un documento remitido por la Abogacía General de la Unión (AGU) a la Corte Suprema.
El parecer fue remitido al magistrado Luis Roberto Barroso, uno de los once miembros del Supremo Tribunal Federal (STF) y que el lunes dio un plazo de 48 horas para que el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro explicara su negativa a imponer la obligatoriedad del certificado de vacunación a los viajeros que entren al país.
«No hubo omisión del Poder Ejecutivo Federal en revisar las restricciones, medidas y requisitos excepcionales y temporales para la entrada al país, a causa de los riesgos de contagio y diseminación del coronavirus», señaló la AGU en el documento.
La imposición del llamado pasaporte sanitario fue recomendada por instituciones como la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa, regulador), la Defensoría Pública y el Tribunal de Cuentas de la Unión (órgano consultor del Congreso) tras la aparición de la ómicron, de la que ya se confirmaron seis casos en Brasil.
Sin embargo, Bolsonaro, uno de los gobernantes más negacionistas frente a la covid, rechazó su implementación al alegar que la «libertad» de los individuos debe ser «respetada», lo que generó una ola de críticas y llevó a que el partido Rede Sustentabilidade entrara con una petición en el Supremo para exigir la imposición de la medida.
En la misiva a la Corte, la AGU alegó que el Gobierno brasileño ya adoptó las «medidas necesarias» después de que el presidente editara este mismo jueves una resolución que determina una cuarentena de cinco días a los pasajeros que desembarquen en Brasil y no estén vacunados, que entrará en vigor este sábado.
El órgano igualmente señaló que el análisis de las medidas de combate a la pandemia es complejo y que las acciones del Gobierno pueden ser revisadas a cualquier momento.
«Es muy importante aclarar además que la actuación de los órganos involucrados es absolutamente ininterrumpida y puede/debe ser revisada/perfeccionada de acuerdo con la evolución del cuadro pandémico», agregó.
Este mismo jueves, no obstante, Bolsonaro volvió a rechazar el pasaporte sanitario y criticó la decisión del estado de Sao Paulo, la principal puerta de entrada al país, de exigir el certificado de vacunación a todos los viajeros que desembarquen en sus aeropuertos, así como la de empresas que se plantean despedir a los empleados que decidan no vacunarse.
«¿Pero qué pasa? Y cómo queda el derecho de la persona de no querer vacunarse? ¿Y esas personas van a estar condenadas a qué, van a ser marginales, entrar en el mundo de la violencia?», indagó el mandatario en su tradicional transmisión en las redes sociales.
El negacionismo de Bolsonaro frente a la gravedad de la pandemia llevó a la creación de una comisión parlamentaria para investigar las acciones del Gobierno durante la crisis sanitaria, que culminó sus trabajos el pasado noviembre y acusó al mandatario de diferentes crímenes por sus omisiones.
Asimismo, la pasada semana, la Corte Suprema le abrió una nueva investigación al jefe de Estado por una declaración en la que vinculó la vacuna contra el coronavirus con el sida.
Con más de 616,000 muertos y 22.1 millones de infectados, Brasil es, en términos absolutos, el segundo país en el mundo más castigado por el coronavirus, detrás solamente de Estados Unidos.