Herat, Afganistán (EFE) – El Gobierno de facto de los Talibanes calculó este lunes «4,500 las víctimas del terremoto», entre muertos y heridos, en el oeste del país, sin certeza del total de fallecidos, que hasta el último balance superaba los 2,400, al tiempo piden ayuda para esta «gran emergencia».
«Es difícil señalar el número exacto de muertos y heridos, ya que hay 35 equipos trabajando allí, aproximadamente ha habido más de 4,500 muertos y heridos, lo cual está cambiando”, dijo en una rueda de prensa en la provincia de Herat el portavoz del Ministerio de Gestión de Desastres del Gobierno de los talibanes, el mulá Janan Sayeq.
La situación de la provincia, en el oeste del país, es de «gran emergencia», indicaron las autoridades que carecen de recursos para hacer frente a la catástrofe que devastó al menos una docena de poblados el pasado sábado.
Hasta ahora los propios ciudadanos, voluntarios y sobrevivientes han tenido que escarbar en los escombros con pequeñas linternas, palas y las uñas, buscando rastros de ropa, u objetos «raros» que les ayuden a suponer la presencia de cuerpos o personas todavía con vida en las aldeas ahora convertidas en montañas de tierra y escombros.
«La situación es muy urgente en la zona y la gente necesita todo tipo de asistencia», indicó Sayeq.
El Gobierno dispone de limitada maquinaría y tecnología para las operaciones de rescate y pese a los pedidos de ayuda, el aislamiento de los talibanes ha complicado el envío.
Hasta ahora, Irán ha ofrecido el envío de una veintena de fuerzas de rescate, y dos perros rastreadores para las operaciones, mientras algunos otros envíos de unas pocas naciones se limita a medicinas, alimentos y kits de emergencia.
El número de víctimas cambia constantemente, aseguró, y «debido al gran número de aldeas arrasadas, la gente misma ya no puede trabajar y solo la maquinaria funciona en los pueblos arrasados”, explicó.
Respecto a las quejas de la gente por la falta de servicios de primeros auxilios, incluidos refugio, agua y alimentos, el funcionario respondió: «aún hay mucha gente bajo los escombros y nuestra prioridad es sacarlos del polvo».
El portavoz pidió a todas las organizaciones humanitarias que tiendan su mano y ayuden a las operaciones de rescate.
«Solicito a todas las organizaciones humanitarias que brinden ayuda, ya que 20 aldeas quedaron completamente destruidas y toda la gente necesita ayuda con alimentos, no alimentos y refugio allí», admitió.
Afganistán sintió en la jornada de sábado al menos siete temblores. El primero de todos, el de mayor magnitud, ocurrió a 14 kilómetros de profundidad y a 33 kilómetros de la ciudad de Zindah Jan, ubicada en la provincia de Herat, según el USGS.
Otros tres sismos de hasta 5.1 de magnitud han sacudido hoy la misma región mientras tienen lugar las operaciones de rescates.
Incluso en Herat, capital de la provincia homónima, las personas han decidido dormir en las calles ante el temor de una nueva catástrofe.
Hasta ahora, el balance estimaba que 2,400 personas murieron y más de 2,000 resultaron heridas.
Este es el tercer terremoto más mortífero desde 1998 en Afganistán y la peor tragedia que han tenido que afrontar los talibanes desde que tomaron el control de Afganistán en agosto de 2021, sin acceso al sistema financiero y las reservas internacionales.