Sao Paulo, 18 de julio (EFE) – Durante 20 años, la brasileña Margarida Bonetti vivió escondida en una mansión en ruinas en Sao Paulo, al parecer ocultando un pasado esclavista para evadir al FBI. Su historia, aireada en una investigación periodística, ha ganado ahora un nuevo capítulo tras la desaparición de «la mujer de la casa abandonada».
El rocambolesco caso del que Brasil habla desde hace semanas se remonta a la década de 1970, cuando Margarida Bonetti y su marido René emigraron a Estados Unidos, llevando consigo a una empleada doméstica que habían «recibido» como «regalo de bodas» y a la que mantuvieron en condiciones análogas a la esclavitud durante dos décadas.
Víctima de agresiones físicas y psicológicas y privada de su libertad durante años, la sirvienta consiguió huir con la ayuda de algunos vecinos en la localidad estadounidense de Gaithersburg, en el estado de Maryland, y su testimonio sirvió para que el FBI investigara a la pareja.
René Boneti fue condenado a 6 años y 5 meses de prisión por la justicia estadounidense, mientras que Margarida, una heredera de alta alcurnia consiguió huir a Brasil, donde pasó a refugiarse en una mansión familiar en ruinas situada en el acomodado barrio de Higienópolis, el cual posee uno de los metros cuadrados más caros en la capital paulista.
La historia con tintes de novela fue rescatada por el periodista Chico Felitti y contada en el podcast semanal «A Mulher da Casa Abandonada», del diario Folha de Sao Paulo, el cual se situó como el archivo multimedia más escuchado de Brasil en la plataforma Spotify.
Tras el lanzamiento del primer episodio, hace un mes, los internautas comenzaron a interesarse cada vez más por la vida de Margarida Bonetti, una huraña mujer que apenas salía de casa y que, en las pocas ocasiones en las que fue vista asomada en su ventana, lo hacía siempre con la cara cubierta con una pomada blanca.
La mansión familiar donde durante años ha vivido en una situación de exilio autoimpuesto se ha convertido en las últimas semanas en un punto de peregrinaje de decenas de vecinos y curiosos que acuden para fotografiarse junto a la «casa abandonada», la cual luce hoy cubierta por la maleza y carcomida por el paso del tiempo.
«Escuchamos en el podcast la historia de la mujer que abusó de otra brasileña en Estados Unidos y se escondió aquí. Vinimos sobre todo por curiosidad», afirmó a EFE Murilo Sans, quien acudió junto a un amigo a las puertas de la mansión construida entre la década de 1920 y 1930 y donde ha sido pintada la frase «Esclavista».
«Me acerqué porque tenía curiosidad de saber cómo era, si realmente es lo que los medios de comunicación están contando (…) Nadie sabe hasta qué punto es verdad y qué es mentira», agregó en declaraciones a EFE el repartidor Alexandre Anglioto.
En medio de la presión mediática y popular, Bonetti abandonó recientemente la mansión y su paradero permanece desconocido, aumentando la intriga de una historia que mantiene en vilo a una parte del país.
De acuerdo con la prensa local, una de las hermanas de Bonetti afirmó a la Policía Civil de Sao Paulo que Margarida dejó el inmueble después de que una bala alcanzó una de las ventanas de la mansión, un hecho que está siendo investigado por las autoridades.
La enigmática «mujer de la casa abandonada» nunca fue juzgada por los hechos en Brasil. Para Felitti, la duda que reside en saber es «si Estados Unidos no pidió ayuda de la Justicia brasileña o si la Justicia brasileña recibió el pedido y no se movió».