Doha (EFE) – Lionel Messi y Kylian Mbappé ponen rostro a la final del Mundial, pero no protagonizarán el único duelo entre Argentina y Francia el próximo domingo en el estadio de Lusail.
MESSI-MBAPPÉ: UN DUELO POR LA GLORIA
Es el duelo por excelencia del Mundial, las dos estrellas de la competición, los dos jugadores más importantes de cada equipo, compañeros en el PSG, rivales por el trofeo y por salir de Catar propulsados a la gloria. El francés busca su segunda estrella y perseguir la estela de Pelé, el único que ganó dos antes de cumplir los 24. El argentino la primera y colocarse a la altura de Maradona, el espejo en el que todo el mundo refleja su trayectoria.
GRIEZMANN-MAC ALLISTER: INSPIRACIÓN, CONTROL, EL ÚLTIMO PASE
Griezmann es la inspiración, el pasador, el hombre que desborda en el momento justo, pero también el control, la calma, el dominio. Su transformación en un centrocampista es crucial hoy por hoy para los ‘Bleus’. Para atacar, para defender, para manejar la posesión. Es una solución constante. Suma tres asistencias, como Messi. Enfrente, Alexis Mac Allister luce con Argentina. No partía como titular, no lo fue de hecho ante Arabia Saudí, pero su irrupción en el medio campo de la Albiceleste ha sido clave, por su conexión, su despliegue, su pase… Entre líneas anda el juego.
GIROUD-ÁLVAREZ: EL GOL EN LA MENTE
Veteranía y juventud con un mismo fin, marcar. Ambos lo han hecho ya en cuatro ocasiones. El francés, 36 años, máximo goleador histórico de su país con 53 dianas, afronta su tercer Mundial como un imprescindible de Deschamps tras la baja por lesión de Karim Benzema y es el «9» que complementa a la perfección el juego de Mbappé. Julián, 22 años, se ha ganado el puesto de titular en detrimento de Lautaro Martínez a base de eficiencia anotadora, que sublimó en la semifinal contra Croacia con un doblete en dos tiros a portería.
TCHOUAMENI-ENZO FERNÁNDEZ: LOS MOTORES
Nada se entiende en el recorrido de Argentina y Francia hasta la final sin dos figuras claves en el centro del campo. Sus dos medio centros, 21 años, en el caso de Enzo Fernández, y 22 en el de Tchouameni. En su primer Mundial, como dos hombres esenciales en el esquema de cada equipo, a la espera del duelo definitivo. Dos caminos paralelos, con un gol para cada uno, en el comienzo de una aventura con sus selecciones que los llevará muy lejos. De su destreza en la salida, de su fuerza en la contención, dependerá que brillen sus compañeros.
LLORIS-MARTÍNEZ: LA CLAVE BAJO PALOS
Si Francia y Argentina han llegado a la final es, en buena medida, gracia a sus porteros. «Dibu» fue el héroe de los cuartos en la tanda de penaltis contra Países Bajos y un sustento esencial en el resto de los partidos. Lloris, menos seguro que en 2018, ha ido mejorando y salvó a Francia contra Inglaterra, cuya prensa le había designado como «el eslabón débil» de la campeona.
OTAMENDI-VARANE: LA DEFENSA EN SUS PIES
Entre los 23 jugadores de campo de la convocatoria de Lionel Scaloni, solo Nicolás Otamendi ha alcanzado el volumen de minutos, todos los disputados, de Lionel Messi. Una demostración de la trascendencia del central, contundente, con jerarquía, sin duda, en este Mundial, como también lo es Raphael Varane para Didier Deschamps. Suplente en el primer choque, por la dolencia en el tobillo con la que venía del Manchester United, desde entonces ha sido titular incuestionable. Francia lo necesita. El desafío es de altura para los dos: Messi, Mbappé, Giroud, Julián Álvarez… La final del Mundial.