Sao Paulo (EFE) – El español Eduardo Guerrero, uno de los mayores bailaores de la actualidad, entiende el flamenco como un arte en constante «crecimiento», con capacidad para «llegar a todo el mundo» y competir de tú a tú con géneros de masas como el reguetón, sobre el que duda si pasará a la posteridad.
De gira por Brasil con «Flamenco Auténtico», el espectáculo del Teatro Real de Madrid producido por SO-LA-NA, con el apoyo del Gobierno de España, Guerrero (Cádiz, 1983) reflexiona en una entrevista con EFE sobre el pasado, el presente y el futuro de la música y la danza española más internacional.
Estos días ha presentado su obra «Faro» en Río de Janeiro y Sao Paulo y el sábado cerrará en Brasilia este viaje exprés por el país suramericano. En el horizonte, nuevos proyectos. En marzo, el también coreógrafo estrenará su última pieza: «Bailar no es solo bailar».
«Tengo un montón de sueños porque sin sueños no sabría vivir», afirma Guerrero, uno de los máximos exponentes de la danza flamenca, en un hotel de Sao Paulo, horas antes de subirse de nuevo al tablado.
Ya consagrado y después de tiempos difíciles por la pandemia, el premiado bailaor gaditano está centrado en «encontrar nuevos lugares», porque «el flamenco es un arte que siempre está vivo».
«Creo que el mundo debe de entender que no hay que ponerle barreras a nada, menos al flamenco, puesto que es una música que tiene que estar en continua evolución, en continuo crecimiento, es la única manera de mantenerlo vivo», asegura.
En este sentido, valora positivamente que artistas de otras orillas, como el jazz o el pop, introduzcan en sus discos matices del flamenco o se vean influidos por el mismo.
«Eso nos está ayudando a tener un altavoz más para ese público que a lo mejor no era consciente de que el flamenco existía, aunque el flamenco es un bien inmaterial de la humanidad reconocido por la Unesco», resalta.
«Nos da una visibilidad súper interesante», desde la cual es posible «seguir creando o construyendo un nuevo escalón, porque el flamenco se dice siempre que es de gente como de una edad más mayor y atraer a jóvenes es muy complicado», completa.
Entre esos artistas renovadores menciona a Rosalía, la artista española con más proyección internacional hoy en día, aunque aclara que esa evolución también se dio antes con Enrique Morente, Camarón de la Isla o Paco de Lucía.
«De Camarón podemos decir que fue el revolucionario más grande de la historia», afirma.
Guerrero, que empezó a taconear con apenas seis años y se formó al lado de profesores de la talla de Mario Maya, Antonio Canales y Manolo Marín, entre otros, está convencido de que el flamenco puede incluso competir al mismo nivel que, por ejemplo, el reguetón.
«Al final, el reguetón es moda. Apareció, pero ¿es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad?, ¿lleva tanto tiempo en el mundo como el flamenco?, cuando lo veamos al mismo nivel que el flamenco, sabremos si el reguetón es mayor que el flamenco, pero ahora mismo el flamenco es mucho mayor», expresa.
Si bien reconoce que el reguetón hoy es «un movimiento de masas» por el que la «juventud se moviliza» y «los estadios se llenan». «Pero, ¿será eterno como es el flamenco hoy en día?», se pregunta.
Además, cree que el futuro del flamenco está «garantizado» con artistas como Israel Fernández, Kiki Morente o Niño de Elche.
Aunque para ello considera fundamental hablar del mundo que nos rodea: «Yo no puedo bailar una letra sobre trabajar en la mina porque yo no he trabajado en la mina, ni conozco a nadie que lo haya hecho».
«Si ahora mismo queremos manifestar nuestro flamenco, tendremos que hablar de la situación social de ahora; tendremos que hablar de las guerras que ocurren, de la economía, del cambio de género, de la sexualidad, del cambio climático», explica.
La idea, reflexiona con emoción, es acercar al público la realidad que lo rodea porque el arte «también es una manifestación, una voz que lanza el pueblo para que seamos conscientes de lo que pasa en la humanidad».