Atlanta (EE.UU.), 30 oct (EFE) – El Cuarto Partido de la Serie Mundial que este sábado disputaron los Bravos contra los Astros de Houston no fue uno de los que pase a la historia del «Clásico de Otoño», pero sí tuvo a los protagonistas inesperados que fueron los que se convirtieron en factor sorpresa ganador para el equipo de Atlanta.
Un lanzador que pasó buena parte de la temporada en las menores logró que los Bravos siguieran en la pelea. Luego, el bateo volvió a la vida con sendos jonrones que permitieron a los Bravos completar la remontada y ganar 3-2 a los Astros para ponerse a solo un triunfo (3-1) del que sería su primer título del «Clásico de Otoño» en 26 años.
El campo corto Dansby Swanson y el emergente cubano Jorge Soler pegaron sendos cuadrangulares, conectaron jonrones en turnos seguidos durante el séptimo episodio y los Bravos completaron la remontada, la primera que se da en lo que va de la 117 Serie Mundial.
El Quinto Partido quinto juego está previsto para este domingo por la noche. Los Bravos pueden coronarse en su propio parque, como lo hicieron dos décadas atrás, en 1995, cuando derrotaron a los Indios de Cleveland en el compromiso definitivo.
«Es un momento estupendo para esta ciudad», declaró Swanson. «Pero nos queda un juego más. Tenemos un gran club y no vamos a pensar que tenemos el triunfo asegurado», añadió.
Aquel cetro en el viejo Atlanta-Fulton County Stadium sigue siendo el único de Serie Mundial de la franquicia desde 1966, cuando se mudó al sur del país.
La situación actual constituye lo más cerca que han estado los Bravos de ser monarcas de las Grandes Ligas desde entonces.
Y se han colocado en esta posición gracias a un héroe absolutamente inesperado.
El lanzador Kyle Wright, elegido alguna vez en la primera ronda del sorteo aficionado y quien sólo había decepcionado en las oportunidades repetidas que le habían dado los Bravos, aportó cuatro entradas y dos tercios de relevo, después de que Dylan Lee, quien abrió el partido de forma sorpresiva, retiró apenas a un bateador.
Wright no tuvo precisamente una actuación sólida. Permitió cinco imparables, incluido un jonrón del venezolano, el segunda base José Altuve, que llegó a los 23 en la postemporada, la segunda mejor marca de todos los tiempos, en la cuarta entrada que amplió la ventaja de Houston a 2-0. Además, también dio tres bases por bolas.
Pero logró resolver los problemas de algún modo, manteniendo vivas las esperanzas de Atlanta hasta que los bates despertaron. Así, los Bravos mejoraron a una marca de 7-0 como locales en la presente postemporada.
«Simplemente tuvo una actitud increíble», destacó Swanson. «Fue algo de primer nivel, asombroso».
Luego, en el sexto capítulo, el jardinero boricua Eddie Rosario se convirtió en el primer bateador de Atlanta en pasar de la inicial, al conseguir un doble frente al relevista Brooks Raley cuando había un out.
Rosario terminó anotando en otro imparable clave del tercera base Austin Riley en los playoffs, un sencillo al jardín izquierdo contra el también relevista Phil Maton, cuando había dos fuera.
Los Bravos dejaron las bases llenas, pero no habían terminado. Con dos swings dieron la primera voltereta en la pizarra que se haya registrado en esta Serie Mundial.
Rosario, Jugador Más Valioso (JMV) de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, que ha dado un 23 imparables por los Bravos en la presente postemporada, también causó un impacto con el guante.
Con el partido 3-2 ganando Atlanta y dos outs en la octava entrada, Rosario hizo una impresionante atrapada cerca de la pared del bosque izquierdo ante un batazo de Altuve, que era extra base.
Dicho batazo hubiese sido un cuadrangular en 26 estadios de Grandes Ligas, incluyendo el Minute Maid Park de Houston, pero en el Truist Park de Atlanta no tuvo la distancia necesaria.
Rosario bateó de 4-2 el sábado en el Cuarto Partido, para sumar 23 en la postemporada del 2021, que pudo disputar después de que el pasado julio llegó a los Bravos traspasado por los Indios y se ha convertido en factor sorpresa ganador.