San Juan – La prohibición de 176 libros, incluido “Roberto Clemente, Pride of Pittsburgh Pirates”, del condado escolar Duval en Jacksonville, Florida ha provocado un sinnúmero de reacciones.
Entre ellas, un llamado al equipo de Grandes Ligas, Piratas de Pittsburgh, en donde el astro boricua jugó en las Mayores, a que deje de utilizar el LECOM Park, ubicado en Brandenton, Florida – a unas 50 millas de Tampa- como su estadio de entrenamientos de primavera.
La petición surge de una columna de opinión publicada en el Pittsburgh Post-Gazette, firmada por Steve Banks un residente Carrick, un suburbio de Pittsburgh.
“Esta es sólo una pequeña batalla en un conflicto más grande, y muchas cosas deben suceder con respecto a cómo corregir estos errores, pero por lo menos, los Piratas deben poner fin a los entrenamientos de primavera en Florida”, opinó Banks.
“Como poco, todos los equipos de las Grandes Ligas que actualmente entrenan en Florida, deberían dejar de hacerlo después de esta temporada. Cuando desaparezcan los ingresos locales y estatales generados por los entrenamientos de primavera, quizás ciertas cosas empiecen a cambiar”, agregó el autor de la columna.
Banks entiende que Major League Baseball (MLB), debe sacar la cara por sus jugadores y aficionados.
“Ciertamente, dado el gran porcentaje de jugadores de la MLB de ascendencia afroamericana y afrocaribeña, la liga debería tomar la decisión de defender a sus jugadores y a sus aficionados, tanto actuales como futuros”, dijo.
Además del libro de Clemente, publicaciones sobre el otrora pelotero, Hank Aaron; la jueza del Tribunal Supremo, Sonia Sotomayor y la fenecida cantante cubana, Celia Cruz, también fueron prohibidos.
La lista fue publicada por la organización Pen America.
La prohibición responde a unas guías emitidas a principio de año por el Departamento de Educación de Florida.
Esto en medio de una política pública del gobernador de la Florida, Ron DeSantis, “dirigida a presionar en contra de conversaciones sobre temas de la comunidad LGBTT en grados primarios y la inclusión de un currículo de estudios afroamericanos en el programa secundario de educación avanzada, ente otras cosas, una ley del estado de Florida, vigente desde julio pasado, ordena que los libros escolares sean apropiados para la edad y las necesidades del estudiante’, informó el Nuevo Día en una nota de su corresponsal en Washington, José Delgado.