El expropietario del Puerto Rico FC habló sobre los retos de su equipo tras el huracán María y las disputas que llevaron a la desaparición de la NASL
SAN JUAN, Puerto Rico – En una inesperada transición de las canchas de la NBA a la sala de un tribunal, Carmelo Anthony, exestrella del baloncesto y propietario del desaparecido equipo Puerto Rico FC, se encuentra en el centro de una polémica que podría cambiar la historia del fútbol profesional en Norteamérica.
Ayer, 23 de enero de 2025, Anthony ofreció su testimonio en un juicio federal en el que la extinta North American Soccer League (NASL) acusa a la Federación de Fútbol de Estados Unidos (USSF) y a la Major League Soccer (MLS) de prácticas anticompetitivas que, según argumentan, llevaron a su desaparición en 2018.
En 2015, Carmelo Anthony tomó una decisión que pocos esperaban: compró el Puerto Rico FC, un equipo que prometía ser una plataforma para el desarrollo del fútbol en la isla. «Quería devolver algo a mi gente y utilizar el deporte como un motor de cambio», declaró Anthony. Sin embargo, lo que comenzó como un sueño lleno de esperanza, pronto se convirtió en una batalla cuesta arriba.
El huracán María, que devastó Puerto Rico en septiembre de 2017, dejó cicatrices profundas en el equipo. Su estadio quedó destruido, muchos jugadores y empleados quedaron sin hogar, y la temporada terminó en un exilio forzado a Florida. «Hicimos todo lo posible para mantenernos de pie, pero las condiciones nos superaron», dijo Anthony, visiblemente conmovido.
La lucha por la acreditación
Más allá de las secuelas del desastre natural, Anthony señaló otro obstáculo clave: la negativa de la USSF de otorgar a la NASL la acreditación como liga de segunda división. Según Anthony, esta decisión afectó gravemente al Puerto Rico FC y a los demás equipos que intentaban competir contra la MLS. En su testimonio, describió cómo esta falta de reconocimiento limitó las oportunidades de patrocinio, exposición y crecimiento de la liga.
Sin embargo, durante el interrogatorio, los abogados de la MLS pusieron en evidencia inconsistencias en sus declaraciones previas. Aunque inicialmente Anthony atribuyó la desaparición de su equipo únicamente al impacto del huracán María, en el juicio también señaló la falta de acreditación como un factor determinante. Esta contradicción fue aprovechada por la defensa para cuestionar su credibilidad.
El juez Héctor González, encargado del caso, no escondió su escepticismo sobre la relevancia del testimonio de Anthony. Según el juez, la demanda fue presentada por la NASL como organización, no por dueños individuales de equipos. Incluso insinuó que podría limitar las instrucciones al jurado para que los daños económicos reflejen solo las pérdidas de la liga y no las de propietarios como Anthony.
Mientras tanto, la defensa de la USSF y la MLS argumentó que los problemas de la NASL se debieron a una mala gestión interna, no a una conspiración para marginarla del fútbol profesional. Alegan que la liga no pudo adaptarse a las demandas económicas y estructurales del fútbol moderno.
El impacto en Puerto Rico
La desaparición del Puerto Rico FC fue un golpe al desarrollo del fútbol en la isla, que sigue luchando por consolidar su espacio en el ámbito deportivo internacional. Anthony destacó que su equipo no solo buscaba competir, sino también inspirar a una generación de jóvenes futbolistas en Puerto Rico. Sin embargo, los retos económicos, naturales y administrativos demostraron ser demasiado.
Este juicio, que busca hasta $170 millones en compensaciones para la NASL, representa algo más que una batalla legal: pone en evidencia los desafíos de las ligas pequeñas para sobrevivir en un sistema dominado por la MLS. Si la NASL gana, las consecuencias podrían ser enormes para la gobernanza del fútbol en Estados Unidos y para equipos regionales como el Puerto Rico FC.
Un caso con implicaciones futuras
El juicio continuará desarrollándose en las próximas semanas, con ambas partes presentando sus argumentos. Para Carmelo Anthony, este es más que un simple caso legal; es una oportunidad para contar la historia de su equipo y, en sus palabras, «hacer justicia por todos aquellos que creyeron en el proyecto».
El desenlace de este caso no solo determinará si hubo prácticas desleales, sino que también podría definir el futuro del fútbol profesional en Estados Unidos y su impacto en mercados emergentes como Puerto Rico. Mientras tanto, la lucha de Anthony por el Puerto Rico FC queda como un recordatorio de los retos que enfrentan aquellos que buscan construir algo grande, incluso contra todas las adversidades.