Por Emmanuel Márquez
GUAYNABO (22 de octubre de 2021) – Mario “Quijote” Morales jugó muchos partidos dentro del coliseo de Guaynabo que hoy lleva su nombre, pero nunca vio un canasto como este allí.
El jueves por la noche, Morales, leyenda del Baloncesto Superior Nacional, fue uno de los cerca de 5,000 fanáticos que presenciaron cómo Jonathan Han de los Mets de Guaynabo lograba un tiro desesperado desde el otro lado de la cancha para dejar sobre el terreno a los Leones de Ponce y adelantar a la serie semifinal.
“Un canasto espectacular, increíble, son cosas que pasan cada mil años, cada 10 años. Había fallado par de bolitas cómodas y ese tiro apresurado lo metió”, dijo un emocionado Morales tras la victoria.
Irónicamente, El Quijote del baloncesto había anotado también un canasto grande frente a los Leones de Ponce justo cuando expiraba el reloj del cuarto juego de la Serie Final en 1993. La imagen de Morales bailando en el Pachín luego de la encestada es un clásico del folklore deportivo boricua.
“El ganarle a Ponce me recuerda hace muchos muchos años, que en una Serie Final yo acabé un juego contra Ponce. Emoción, emoción y qué bueno que Guaynabo ha vuelto al baloncesto, pero esta vez con fuerza”.
Para el protagonista de la noche, Han, el día estuvo repleto de sucesos subliminales que comenzaron con un mensaje de texto matutino por parte de su señora madre y que culminó con broche de oro cerca de las 10:30pm con el canastazo.
“Dios lo permitió, Dios estuvo conmigo hoy”, dijo Han. “Recibí un texto justo antes del partido y mi mamá nunca me habla de baloncesto. Hoy me texteóy me dijo; ‘los líderes lideran’ eso se me quedó y me puso un poco emocional antes del partido porque ella nunca habla de deportes y supe cuán serio era este partido”.
El histórico triple fue uno de los 9 puntos de Han en la noche quien también aportó 9 asistencias y 5 rebotes jugando la totalidad del partido con 40 minutos.
“Hemos pasado por tanto este año, este juego estuvimos al frente por 16, cogimos un golpe y le pegamos de vuelta. Encestar ese canasto para esta ciudad, para este pueblo, para mi equipo es asombroso, asombroso, una travesía increíble que va a continuar y me siento agradecido y bendecido que estoy con estos muchachos”.
Su compañero de equipo, Renaldo Balkman, quien realizó el pase a Han tras recuperar el rebote defensivo, catalogó la encestada como un milagro de un ser superior del baloncesto.
“No puedo creerlo”, indicó Balkman, responsable de 18 puntos y 6 rebotes para los Mets en la noche del jueves. “Eso es lo que tú llamas dioses del baloncesto. Ha sido un año difícil por las lesiones, pero seguimos trabajando duro y creyendo, y jugamos hasta el final. ¡Gracias, gracias Dios por darnos una!”.
Más asombrados aún estaban los Leones de Ponce quienes parecían destinados a forzar un séptimo juego tras remontar una desventaja de 16 puntos. El veterano armador Carlos Rivera catalogó el tiro de Han como uno de desesperación y bajo porcentaje, en lo que parecía una posesión rota para llevar el partido a tiempo extra.
“Nosotros hicimos una jugada que sabíamos que íbamos a tomar un buen tiro, pero un tiro con pocos segundos”, contó Rivera. “Le dejamos los segundos que queríamos [para lanzar] que eran tres o cuatro y la coge Balkman y toman un tiro de desesperación que mucha gente piensa que no va a entrar y por eso es que tú juegas hasta que se acaba el reloj, tú gardeas hasta que se acaba el reloj y nos costó”.
EJ Crawford, quien jugó para los Leones el año pasado y finalizó la noche con 12 puntos para su nuevo equipo Guaynabo, indicó que aunque parezca insólito, él ha visto cómo Han practica ese tipo de lanzamiento durante los entrenamientos.
“Legendario. Es algo loco porque él [Han] practica esos tiros en las prácticas. Yo como que sabía desde que la dejó ir que iba a ser algo bueno. Una cosa con Han es que él tiene mucha confianza, puede fallar 10 tiros y piensa que va a anotar el próximo. Eso es lo que amamos de él”, expresó Crawford.
Los Mets comenzarán la serie semifinal frente a los Vaqueros de Bayamón este lunes 25 de octubre en el Coliseo Rubén Rodríguez desde las 8:00 de la noche.