Redacción deportes (EE.UU.) (EFE) – El sueco Armand Duplantis, que conquistó su primer título mundial en pértiga con récord del mundo, y la nigeriana Tobi Amusan, triunfadora en los 100 metros vallas, y con mejor registro mundiales en las semifinales, pusieron este domingo el broche a los Mundiales de Eugene (Oregon).
Duplantis selló el nuevo récord mundial con un salto de 6.21 metros que mejoró su anterior mejor marca, de 6.20, y consiguió el título que le faltaba en una carrera que, pese a sus 22 años, ya es legendaria.
🇳🇬🏅🥹 Tears of joy for new world record holder Tobi Amusan as she collects Nigeria’s first ever World Championship gold! What a moment! 🤗 pic.twitter.com/0oAjQZLOJb
— beIN SPORTS (@beINSPORTS_AUS) July 25, 2022
El oro olímpico de Tokio se quedó solo contra el listón a partir de los 6 metros y logró su nuevo récord al segundo intento. El estadounidense Chris Nilsen y el filipino Ernest John Obiena compartieron marca de 5,94 y compartieron con el sueco la ceremonia de entrega de medallas, en tanto que el brasileño Thiago Braz, campeón olímpico en Río 2016, se quedó a las puertas de la presea con 5,87.
Duplantis, hijo de un pertiguista estadounidense y de una heptatleta sueca, ya luce en su palmarés el título olímpico, el mundial en pista cubierta y los europeos tanto en sala como al aire libre.
La otra gran protagonista del domingo en Eugene fue la nigeriana Tobi Amusan, que conquistó el título mundial en los 100 metros vallas y estableció el nuevo récord mundial en las semifinales, con una marca de 12.12.
Amusan, que no estaba entre las favoritas para alcanzar la corona mundialista, hasta había mejorado su propio récord en la final, pero su tiempo ganador (12.06) fue conseguido con viento ilegal de 2,5 metros por segundo.
La jamaicana Britany Anderson se alzó con la medalla de plata con 12.23, con 5 milésimas de ventaja sobre la puertorriqueña Jasmine Camacho-Quinn (12.23), mientras que la estadounidense Kendra Harrison vivió una jornada amarga: perdió su récord mundial en semifinales y fue descalificada en la final.
Las rondas precedentes se habían cobrado víctimas ilustres como la propia defensora del título, la estadounidense Nia Ali, que rodó por la pista en su serie, o su compatriota Alaysha Johnson, la segunda más rápida del año con 12.35.
Estados Unidos cerró sus primeros Mundiales con grandes satisfacciones gracias a sus dos relevos 4×400 metros, que permitieron a su atleta Allyson Felix redondear hasta las 20 su cosecha de medallas en la historia de los campeonatos.
El equipo estadounidense acabó al mando por números de medallas, con trece oros, nueve platas y once bronces, por delante de Etiopía, Jamaica y Kenia, con 10 preseas en total.
El equipo femenino de relevo formado por Talitha Diggs, Abby Steiner, Britton Wilson y Sydney McLaughlin -oro y récord mundial en 400 m vallas- se impuso en la carrera de cierre con una marca de 3:17.79, por delante de Jamaica (3:20.74) y de Gran Bretaña (3:22.64), que sostuvieron un cerrada lucha por el segundo puesto.
En el relevo largo masculino, hace muchos años que Estados Unidos convirtió en mero trámite su victoria. Esta vez en casa, el cuarteto formado por Elija Godwin, Michael Norman (oro en la prueba individual), Bryce Deadmon y Champion Allison logró el undécimo título con un tiempo de 2:56.17.
Se repitió el podio de los Mundiales anteriores. Jamaica ganó la plata con 2:58.58 y Bélgica, pese al empeño de su último relevista, Kevin Borlee, otra vez tercera con 2:58.72.
En los 5.000 metros, el noruego Jakob Ingebrigtsen dejó atrás su decepción por la derrota en los 1.500 metros ante el británico Jake Wightman con una gran exhibición en la final, que controló sin apuros en los últimos 900 metros.
Ingebrigtsen cubrió el último mil en 2:23 y venció con un tiempo de 13:09.24, seguido de otro Jacob, el keniano Krop (13:09.98), y del ugandés Oscar Chelimo (13:10.20), en tanto que el guatemalteco Luis Grijalva, tan valiente como en primera ronda, llegó cuarto, a 24 centésimas de la medalla de bronce.