Nueva York (EFE) – Tyrese Maxey firmó este martes una de las noches de su vida, con 46 puntos en el Madison Square Garden, y los Philadelphia 76ers se llevaron un triunfo épico e increíble en la prórroga por 106-112 ante los New York Knicks para continuar vivos en el ‘playoff’ (3-2).
Con +6 y solo 29 segundos por jugarse en el último cuarto sonreían los Knicks cuando apareció un Maxey magistral, que clavó un triplazo más adicional y después se sacó de la chistera otro triple alucinante y pisando el logo del centro de la cancha para mandar el partido al tiempo extra.
Maxey acabó su recital con 46 puntos (17 de 30 en tiros, 7 de 12 en triples), 5 rebotes y 9 asistencias. Cubrió además las carencias de un Joel Embiid errático que terminó con un triple-doble de 19 puntos (7 de 19), 16 rebotes y 10 asistencias pero que perdió 9 balones.
Los Knicks acariciaban el pase a la segunda ronda pero se quedaron sin fiesta -el silencio del Madison Square Garden al final era impactante- y ahora tendrán que viajar a Filadelfia para disputar el jueves el sexto encuentro.
Ese terrible desenlace del último cuarto arruinó una nueva exhibición de Jalen Brunson, el capitán de los Knicks con 40 puntos (15 de 32), 3 rebotes y 6 asistencias.
OG Anunoby (17 puntos y 6 rebotes) y Mitchell Robinson (2 puntos, 7 rebotes, 3 robos y 2 tapones) brillaron sin premio en la defensa de unos Knicks que jugaron sin Bogdanovic, que se operará del pie izquierdo y no volverá a jugar esta temporada.
Sin fiesta en la Gran Manzana
En una noche que se esperaba gloriosa, los Knicks empezaron desplegando una presentación extrañamente desafinada: fallaron sus ocho primeros tiros, perdieron cuatro balones en el primer cuarto y erraron los cinco triples que intentaron.
Tampoco Embiid tuvo un comienzo destacado y se le vio tieso y sin ritmo con solo 5 puntos en ese primer acto. Quien sí empezó a tope de revoluciones fue Maxey, muy activo con 11 puntos que le dieron a los Sixers una ventaja interesante (17-26).
Resulta incuestionable que Embiid está muy lejos de su mejor forma, pero también es indudable que en cuanto se va al banquillo los Sixers lo notan muchísimo.
Solo dos minutos y medio se fue el pívot a descansar y los Knicks lo explotaron con un parcial de 11-2 que empató el encuentro en un visto y no visto.
El regreso a la pista de Embiid no alteró la dinámica, ya que Robinson le puso un taponazo de bienvenida y el parcial, con Brunson y Miles McBride soltando pirotecnia en las transiciones, alcanzó un escandaloso 20-4 (37-31 con 5-38 para el descanso).
Feroz e incansable, la defensa local secó a unos Sixers totalmente paralizados en medio de un Madison Square Garden de pie y jaleando cada acción pese a que quedaba un mundo por jugarse.
El parcial del segundo cuarto fue un repaso: un 32-17 con 13 puntos de Brunson en ese periodo que dejó a los neoyorquinos por delante tras la primera mitad (49-43).
De Embiid, no hubo mayores noticias con 8 puntos y 9 rebotes pero 3 de 10 en tiros y 3 balones perdidos.
Un 2-10 de salida, con Maxey agitando la coctelera y sirviendo las copas en los Sixers, recordó a aquel primer cuarto de dominio de los de Nick Nurse.
Los Knicks no se dejaron avasallar, pero su ataque perdió precisión y el encuentro llegó a un último cuarto prácticamente igualado (70-69).
Ningún equipo logró distanciarse durante un desenlace muy emocionante y el duelo era ya un cara a cara entre Brunson y Maxey.
Parecía que los Knicks, tras un robo de Robinson a Embiid y un mate al contraataque de Anunoby, lo tenían en el bolsillo, pero entonces surgió Maxey para aguar la fiesta en Nueva York y forzar la prórroga.
Brunson, que recibió un manotazo en la cara de Embiid, metió los 9 puntos de los Knicks en el tiempo extra, pero Maxey y el propio Embiid echaron el resto en ataque y defensa para darle una vida más a los Sixers.