Houston (EE.UU.), 24 oct (EFE) – La gran cita al «Clásico de Otoño» ya tiene este año a los dos mejores equipos de las Grandes Ligas con los Astros de Houston como flamantes campeones de la Americana y los Bravos de Atlanta de la Nacional, un duelo que no se había dado desde que ambas franquicias compiten en las mayores.
Una espera de seis décadas que ha merecido la pena ya que en la Serie Mundial del 2021 tendrá grandes alicientes, caras nuevas, y marcas que batir entre dos equipos que ya hicieron lo más difícil, romper los pronósticos de los apostadores que no los tenían entre los favoritos.
Pero sobre todo habrá protagonismo latinoamericano asegurado con los toleteros, el cubano Yordan Álvarez, flamante ganador del premio de Jugador Más Valioso (JMV) de la Serie de Campeonato de la Liga Americana con los Astros, y el boricua Eddie Rosario, del JMV en la Nacional con los Bravos.
El segunda base venezolano José Altuve, el campocorto puertorriqueño, junto con el inicialista cubano Yuli Gurriel buscan más laureles después de haber ganado el primer título de campeones en 2017.
Otro venezolano, el joven novato, el abridor Luis García, parece haber encontrado ya la fórmula para brillar en playoffs. Los demás lanzadores de Houston, incluido el zurdo dominicano Framber Valdez, deberán enfrentarse al segunda base curazoleño Ozzie Albies y el inicialista Austin Riley y a todos esos bateadores jóvenes de Atlanta.
También el inicialista estelar de los Bravos, Freddie Freeman pegará batazos en la máxima instancia del béisbol por vez primera en su carrera.
Mientras que el veterano manejador Dusty Baker, de 72 años, se mantiene en la lucha por conseguir una coronación en otoño como manejador.
E incluso habrá un duelo familiar con el enfrentamiento de un padre frente a su hijo como será el caso de Brian Snitker, manejador de los Bravos, y su hijo Troy que se desempeña como entrenador de bateo en Houston.
«Sabemos que los Snitker vamos a tener un trofeo de la Serie Mundial en casa», bromeó el piloto de los Bravos. «No sé quién va a obtenerlo, pero vamos a tener uno, y eso es muy agradable».
El duelo Astros contra Bravos, que tardó seis décadas en gestarse, confrontará a dos equipos que llegaron a militar en la Liga Nacional y que se han topado más de 700 veces, incluidas cinco series de playoffs.
Tan sólo hay que recordar a los legendarios Hank Aaron y Jimmy Wynn librando un Derby de Jonrones en el Astrodome de Houston. O a los exabridores Greg Maddux, Tom Glavine y John Smoltz enfrentando a los extoleteros Jeff Bagwell y Craig Biggio en una noche de junio cuando los Astros militaban en el Viejo Circuito.
Por la formación del calendario y la Covid-19, los Astros y los Bravos no se enfrentan desde 2017 cuando los Astros ganaron su primera Serie Mundial, pero lo volverán a hacer a partir del martes cuando en el Minute Maid Park de Houston inicien la competición con el partido inaugural del Clásico de Otoño al mejor de siete.
Los Astros alcanzan su tercera Serie Mundial en cinco años y parten como favoritos por 3-2 para conseguir el título en el libro de apuestas FanDuel, mientras que los Bravos no lo hacen desde 1999.
Ninguno de los dos equipos son los favoritos entre los aficionados a nivel nacional a estas alturas de la competición, especialmente en lo que se refiere a los Astros, donde están Altuve, Correa, el tercera base Alex Bregman y Gurriel que cargarán por siempre con la etiqueta de tramposos, tras formar parte de los Astros que idearon un sistema ilegal para robar señales, en camino a la conquista de la Serie Mundial de 2017.
En el Minute Maid Park encuentran ovaciones. En todos los demás parques los recibe la hostilidad reservada a los peores villanos de las Grandes Ligas.
«Desde que surgieron las malas noticias, hemos tenido que lidiar con lo ocurrido en 2017, y creo que todos queremos demostrar la clase de jugadores que somos», declaró Álvarez. «Sabemos cómo ganar sin necesidad de hacer nada ilegal. De hecho no estaba aquí con el equipo en 2017».
Álvarez insistió que de manera «injusta» lo había abucheado como a los demás, pero estaban listos y con mentalidad de querer el triunfo en la Serie Mundial para demostrar que «somos un gran equipo».
Los Bravos se sobrepusieron a las lesiones que pusieron fin a las campañas del dinámico venezolano Ronald Acuña Jr. en julio. Repuntaron tras languidecer con una marca de 52-55 a comienzos de agosto, gracias a la ayuda que brindó Rosario.
Aunque el plantel cambió, los sonidos e imágenes persisten. Durante la Serie de Campeonato, los aficionados en el Truist Park, de Atlanta, hicieron referencia a los «tomahawks» y entonaron cánticos supuestamente inspirados en etnias originarias de EEUU.
Durante una era en que se busca una mayor justicia social, los Indios de Cleveland cambiaron su nombre a Guardianes, y el equipo de fútbol americano de la Liga Nacional (NFL) Washington Redskins tuvo que quitarse el suyo al ser considerado racista.
Atlanta no ha anunciado modificaciones, y seguramente llamará la atención durante la Serie Mundial que nadie esperaba, pero que reúne a los dos mejores equipos actuales de las Grandes Ligas.