Brest, 10 de febrero de 2022 (EFE) – La Unesco hizo un llamamiento este jueves para que el apoyo de sus Estados miembros y del sector privado permita tener en 2030 al menos el 80% de los fondos marinos cartografiado.
«¿Cómo podemos proteger el océano cuando sabemos tan poco de él? Solo el 20% de los fondos marinos está cartografiado. Tenemos que ir más lejos y movilizar a la comunidad internacional», indicó en un comunicado su directora general, Audrey Azoulay.
Conocer la profundidad y el relieve del fondo marino, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), es esencial para entender por ejemplo el funcionamiento de las corrientes oceánicas y de las mareas y el transporte de sedimentos.
Esos datos contribuyen a proteger a la población «anticipando los riesgos sísmicos y los tsunamis», y sirven también para tener controlados qué enclaves naturales conviene proteger o para planificar la construcción de infraestructuras en alta mar.
Esa información permite también una mejor reacción a catástrofes como vertidos de petróleo, accidentes aéreos o naufragios, y tiene «un papel importante» en la evaluación del futuro impacto del cambio climático, ya sea en materia de aumento de la temperatura o de elevación del nivel del mar.
La cartografía de los fondos marinos dio un salto importante en 2017 cuando la Unesco unió sus fuerzas con la Nippon Foundation, la mayor fundación privada de Japón, con el lanzamiento del programa Seabed 2030.
Esa iniciativa convenció a numerosos Estados para que compartieran los datos en su haber sobre los fondos cercanos a sus costas y en estos cinco años el porcentaje de terreno del que ya había un mapa geográfico pasó del 6 al 20%.
Las innovaciones recientes, según la Unesco, permiten incrementar con rapidez esa cifra, porque los actuales radares marinos, por ejemplo, permiten medir la altura del agua en varios puntos y direcciones a la vez, no hace falta fijarlos a buques tripulados y pueden ser controlados a distancia, lo que facilita salirse de las rutas habituales de navegación.
El llamamiento de la Unesco fue lanzado con motivo de la celebración en la localidad francesa de Brest de la cumbre «One Ocean Summit», que tiene entre sus objetivos una mayor regulación de las aguas internacionales o la lucha contra la pesca ilegal y los plásticos.
La Unesco estimó que alcanzar su objetivo del 80% costaría $5,000 millones lo que supone una media de $625 millones al año de aquí a 2030.
Esa meta requiere también movilizar una flota de 50 navíos centrados especialmente en esa labor o que gobiernos y empresas faciliten los datos que ya tienen en sus archivos. Para 2023 la Unesco prevé lanzar una herramienta de seguimiento que permita tener constancia de los avances y de los puntos que deben mejorarse.