Amiens, 24 de enero de 2022 (EFE) – Los países de la Unión Europea han destinado más de 21,000 millones de euros a amortiguar la crisis de precios energéticos en la factura de los consumidores, según la Comisión Europea, que no se abre a impulsar una reforma del mercado eléctrico pero analiza «si el sistema se puede mejorar».
«Los Estados miembros han destinado más de 21,000 millones de euros para ayudar a los consumidores vulnerables», declaró la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, quien insistió en que la «caja de herramientas» que propuso el pasado otoño la Comisión para hacer frente a la carestía energética «sigue siendo una referencia» y ofrece a los países de la UE «margen de maniobra».
La respuesta comunitaria a la carestía del gas y su traslación al precio de la electricidad a través del sistema marginalista, donde la tecnología de generación más cara fija el precio del resto, compila una serie de medidas fiscales y ayudas en virtud de la normativa comunitaria vigente.
Varios países, como España, Francia o Italia, han reclamado a la Comisión medidas extraordinarias para hacer frente a una escaldada de precios en el gas que recuerda a la crisis del petróleo de los años setenta, con medidas como limitar el precio máximo del kilovatio que paga el consumidor.
Pero otro bloque, con Alemania y Países Bajos a la cabeza, al que apoya la Comisión Europea, se han venido oponiendo frontalmente a tocar los mercados pues creen que desincentivaría la competencia.
Sin embargo, la persistencia de la carestía del gas natural y las tensiones geopolíticas en torno a Moscú, primer proveedor de gas de la UE, y sus consecuencias en la eventual apertura del gasoducto Nord Stream 2 que va de Rusia a Alemania por el Báltico, que aún no ha recibido la aprobación de las autoridades germanas y comunitarias, agitan el tablero.
«Hay consenso de que un mercado integrado presta un inmenso servicio. Y hay también una mayoría de Estados que cree que hay que hacerlo evolucionar, en concreto en el mercado minorista», declaró la ministra francesa de Transición Ecológica, Barbara Pompili.
La responsable gala, anfitriona de un encuentro informal de tres días en la localidad francesa de Amiens que ha reunido a los ministros de Medioambiente y de Energía de la UE, se expresó así en rueda de prensa junto a la comisaria de Energía.
«La caja de herramientas ha sido útil pero «no es una solución sostenible» y puede drenar recursos la transición energética, dijo Pompili, quien advirtió de que las energías fósiles «pueden jugar malas pasadas en los próximos años» a la UE.
La comisaria, por su parte, defendió las medidas adoptadas hasta ahora por la Comisión y fue menos explícita sobre la posibilidad de esa reforma, pero no la descartó.
«Se han discutido las opciones que se nos proponen, principalmente revisar el funcionamiento del mercado de la electricidad, hacer balance de los fallos y las ventajas del mercado actual. También hemos discutido otras opciones en el marco legislativo actual», dijo.
También la vicepresidenta y ministra española para la Transición Energética, Teresa Ribera, ha detectado cierto cambio de aires entre quienes se resisten a intervenir los mercados, posiciones que hace escasas semanas parecían inamovibles.
«Creo que hay movimiento, creo que la Comisión es consciente de que tiene que dar algunos pasos adelante», dijo a Efe Ribera.
La titular española insistió, como viene haciendo desde hace meses, en que es necesario desplegar medidas europeas «extraordinarias, temporales y urgentes» para afrontar la crisis de precios de la energía.
Y volvió a abogar por la reforma de un mercado que se diseñó en 1996, es decir, décadas antes de que la UE se embarcara en un periplo para descarbonizar su economía, esfuerzo colosal que acelerará esta década y debe concluir en 2050, en sintonía con la titular francesa.
«Nuestros consumidores y nuestras economías deben de estar protegidas de fluctuaciones demasiado brutales. Tenemos que convertir esta crisis en una oportunidad para mejorar la regulación actual del mercado de la energía, construido en gran parte antes de la revolución verde que vivimos», señaló Pompili.
En todo caso, partidarios y detractores de la reforma, así como la Comisión Europea, están de acuerdo en esperar a que el próximo mes de abril el informe definitivo de la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER).
«Hay consenso por la necesidad de mantener el mercado, pero también ganas, de una mayoría de Estados, de hacer ajustes. Pero todo el mundo está de acuerdo en esperar al informe de ACER para poder ir más lejos (…). Esperamos las conclusiones de su informe para poder tener elementos precisos, estudiados y documentados para una revisión de ese mercado», dijo la ministra francesa.