El informe de la UNCCD destacó la necesidad urgente de planes nacionales y cooperación internacional para mitigar los impactos de las sequías, que agravan las desigualdades y conflictos globales
El Cairo, Egipto (EFE) – Tres de cada cuatro personas se verán afectadas por sequías en el año 2050 y sus efectos en cascada agravarán las desigualdades y conflictos, lo que requiere la activación de planes nacionales y la cooperación internacional para mitigar los riesgos asociados.
Así lo advierte el Atlas Mundial de Sequías publicado este martes por la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD, en inglés) y el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (JRC, en inglés), un documento que pretende ser «la publicación global más integral sobre los riesgos de la sequía y sus soluciones», diseñado para ser «una llamada de atención urgente para los líderes globales y los ciudadanos».
El atlas se presentó en el contexto de la apertura de la decimosexta sesión de la Conferencia de las Partes (COP16) de la UNCCD que se celebrará en Arabia Saudita desde este lunes hasta el próximo 13 de diciembre, en donde los 197 miembros debatirán y analizarán la lucha global contra la desertificación.
Según el documento, los fenómenos de la sequía impactan en áreas clave como el suministro de agua, la biodiversidad, la agricultura, la energía hidroeléctrica y la navegación fluvial, y afectan incluso a la producción de energía y el comercio internacional, como por ejemplo el reciente bajo nivel de agua en el Canal de Panamá que está impidiendo el flujo normal de tráfico marítimo por esa vía.
En este sentido, la ONU instó a todos los gobiernos del mundo a adoptar medidas estratégicas para fortalecer la resiliencia global frente a este fenómeno, y expuso casos de éxito mediante mapas e infografías que abordaban las interconexiones entre sectores como la agricultura, la energía, el comercio y la salud pública.
Soluciones sistémicas
«El Atlas nos desafía a ir más allá de soluciones temporales e imaginar soluciones sistémicas y dinámicas que no solo reduzcan los riesgos de manera integral, sino que también prioricen a los más vulnerables», aseguró la directora del Instituto de la Universidad de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Seguridad Humana (UNU-EHS), Shen Xiaomeng, en una nota que acompañó al lanzamiento del atlas.
Algunas de las propuestas que recoge el volumen son sistemas de alerta temprana, microseguros para pequeños agricultores, sistemas de tarificación del uso del agua, restaurar tierras y agrosilvicultura, reutilizar aguas residuales, gestionar la recarga de agua y conservar aguas subterráneas.
«Las sequías han aumentado un 29% desde el año 2000 debido al cambio climático y a la gestión insostenible de los recursos», lo que constituye «una emergencia a escala planetaria que se puede abordar con las acciones, políticas e inversiones adecuadas», informó UNCCD en su comunicado.
El documento expone 21 casos prácticos, entre ellos, el de la sequía iniciada en el 2021 y que dura hasta el momento en Barcelona (España) y las medidas preventivas interpuestas durante la misma, o la que afectó a la cuenca del río Yangtze (China) en 2022 y por la que las autoridades liberaron recursos hídricos, priorizaron el agua potable, aseguraron el riego agrícola y destinaron fondos para ayudar y promover la cosecha tardía del arroz.
«Disponemos de los conocimientos y las herramientas para aumentar la resiliencia ante sequías; ahora es nuestra responsabilidad colectiva, y redunda en nuestro propio interés, tomar medidas para un futuro resiliente», aseguró el secretario de Estado de Medio Ambiente de España, Hugo Morán, copresidente de la Alianza Internacional para la Resiliencia a la Sequía, en el documento.
Esta colección de mapas está co-producida con la Fundación de Investigación Cima (Italia) y la Universidad Libre de Ámsterdam (Países Bajos).