Quito, 13 de enero de 2022 (EFE) – Un grupo de tortugas gigantes criadas en cautiverio en la isla Isabela del archipiélago ecuatoriano de Galápagos fueron devueltas a su hábitat natural en una zona poco accesible del volcán Sierra Negra, informó este miércoles el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica.
En total, 43 quelonios de la especie Chelonoidis guntheri nacidas en el centro de crianza Arnaldo Tupiza retornaron a su entorno silvestre en virtud de un trabajo coordinado entre la Dirección del Parque Nacional Galápagos y la organización Galapagos Conservancy.
Las tortugas, que tienen entre 5 y 7 años de edad, pasaron por un proceso de cuarentena y se les practicaron exámenes de sangre para asegurar que se encontraban en las mejores condiciones de salud al regresar a su hogar.
El ministro de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Gustavo Manrique, quien participó de la repatriación de tortugas, mencionó que «verlas caminar libremente en su nuevo hogar demuestra que el tiempo y el esfuerzo invertido durante estos años para cuidarlas ha valido la pena».
Debido al difícil acceso, la repatriación se hizo con el apoyo logístico de un helicóptero que facilitó a los guardaparques y al equipo técnico el traslado de las tortugas gigantes, que miden entre 28 y 35 centímetros de largo curvo y pesan entre 4 y 5 kilos.
En el volcán Sierra Negra habitan cuatro poblaciones de tortugas gigantes; 77 de ellas se consideran pertenecientes a la misma especie (Chelonoidis guntheri), aunque se mantienen aisladas geográficamente.
Sin embargo, entre ellas existen importantes diferencias morfológicas por lo que se están realizando estudios genéticos para descartar que se traten de especies distintas.
En la misma isla desde el pasado viernes el volcán Wolf se encuentra en un proceso eruptivo.
Se trata del volcán más alto del archipiélago, con 1,707 metros sobre el nivel del mar y uno de los cinco volcanes activos de Isabela, junto a Sierra Negra, Cerro Azul, Alcedo y Darwin.
El archipiélago está situado a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas y fue declarado en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.