Brasilia, 24 de enero de 2022 (EFE) – Un juez de la Corte Suprema de Brasil suspendió este lunes una parte del decreto del presidente Jair Bolsonaro que permitía realizar obras y levantar construcciones consideradas de «utilidad pública» en el interior de las cavernas.
La decisión del magistrado Ricardo Lewandowski subraya que el texto del mandatario, muy criticado en la comunidad internacional por su falta de compromiso con la preservación ambiental, abre las puertas a que cavernas de alto valor ecológico «sufran impactos irreversibles».
El juez manifestó que dicha norma «imprimió un verdadero retroceso en la legislación medioambiental al permitir -bajo un manto de aparente legalidad- que impactos negativos, de carácter irreversible, afecten a cavernas de máxima relevancia» ecológica.
Este fallo judicial llega después de un recurso interpuesto por el partido verde Rede, uno de los más duros críticos de Bolsonaro en el Parlamento brasileño, y del rechazo de la Procuraduría General de la República, que afirmó que la medida era inconstitucional.
No obstante, la suspensión dictada por Lewandowski tendrá ahora que ser analizada por el pleno del alto tribunal, compuesto por once jueces, en una fecha aún por determinar.
El decreto de Bolsonaro modificaba las reglas de protección de las cavernas del país y, según organizaciones ecologistas y fiscales especialistas en el tema, era una invitación para destruir esas áreas y, en última instancia, beneficiar al sector minero.
El texto, publicado el pasado 12 de enero, autorizaba emitir licencias para construcciones u obras dentro de cavernas, cuevas o grutas, siempre que el constructor demostrara que los posibles impactos eran consecuencia de actividades de «utilidad pública».
También tenía que garantizar que el proyecto no «provocaría la extinción de especies presentes» en el lugar y adoptar una serie de «medidas compensatorias» por ello.
Sin embargo, Lewandowski dejó sin efecto los trechos más polémicos del decreto al apreciar que, «con toda evidencia, amenazan áreas naturales aún vírgenes», pues «suprimen la protección ahora existente» y garantizada en la Constitución brasileña.
Desde que asumió el poder, en enero de 2019, Bolsonaro ha defendido la explotación de las riquezas naturales en los diferentes ecosistemas brasileños, incluido en la Amazonía, donde se han disparado los índices de deforestación en los últimos años.