Los Ángeles (29 de junio de 2021) EFE – La ola de calor que azota estos días el oeste de Estados Unidos, con temperaturas cercanas a los 50 grados centígrados, ha puesto en riesgo al sector agricultor del país y las vidas de decenas de especies autóctonas en los estados de California, Oregón y Washington, acostumbradas a un clima más frío en esta época del año.
Así lo explicaron a Efe este martes varios científicos, como la especialista en crisis climática de la Universidad Estatal de Washington (WSU, en sus siglas en inglés), Deepti Singh, que se encuentra en uno de los estados más impactados por las altas temperaturas.
Precisamente, Seattle, la ciudad más grande de ese estado, alcanzó este lunes los 42.2 grados centígrados, la temperatura más alta registrada en toda la serie histórica del Servicio Meteorológico Nacional (NWS, en sus siglas en inglés), que se remonta a 1945.
EL CALOR AGRAVA LAS CONDICIONES DE SEQUÍA
«El calor récord está agravando las severas condiciones de sequía en las que ya se encuentra la región y está afectando especialmente la agricultura, los recursos de los que depende, y la biodiversidad de la zona, con muchas especies autóctonas», señaló Singh, cuyas investigaciones están relacionadas con la crisis climática, en una entrevista con Efe.
Además, la científica destacó que estas condiciones hacen que tanto personas como animales «corran el riesgo de contraer enfermedades relacionadas con el calor», como deshidrataciones, desmayos o insolaciones.
Unos 280 kilómetros al sur, en Portland (Oregón), el termómetro marcó este lunes 46.6 grados centígrados, también máxima histórica.
En total, unas 60 ciudades en el noroeste del Pacífico de Estados Unidos y el oeste de Canadá han registrado elevadas temperaturas que han sido récord en muchos casos en los últimos días, según el sitio web especializado weather.com.
«SITUACIÓN TOTALMENTE ANÓMALA»
Los riesgos que enfrentan la agricultura y las especies locales de estos tres estados también son «preocupantes» para el científico medioambiental Ricardo Álvarez, de la consultora Mitigat, que consideró que la actual situación «es totalmente anómala y no responde a los patrones de variabilidad».
«La cúpula de calor tiene un impacto en la agricultura, ya que provoca una deshidratación significativa de las plantas y el suelo, además de comprometer las fuentes de agua, lo que tendrá efectos en la cadena productiva», recalcó a Efe Álvarez, que es también investigador del Centro de Estudios Ambientales de Florida de la Universidad Atlántica de Florida.
Según su opinión, si este fenómeno sigue repitiéndose, el sector agrícola en California, Oregón y el estado de Washington «se verá forzado a explorar la sustitución de cultivos».
Ante esta situación, el director interino de la plataforma AgWeatherNet de la Universidad Estatal de Washington, Lav Khot, recomendó en declaraciones a Efe a los productores de frutas en estos estados que estén muy atentos para manejar de manera efectiva «el estrés relacionado con el calor» en sus cultivos en un verano como este.
PENDIENTES DE LOS INCENDIOS
Las especies autóctonas en estos estados, como osos negros, linces y coyotes, entre muchas otras, también sufren en estos momentos el impacto que esta ola de calor está teniendo en varias decenas de incendios activos.
Según datos de este martes del Departamento de Protección contra Incendios de California, conocido como Cal Fire, los bomberos en el estado dorado se encuentran luchando contra las llamas de tres grandes incendios y otra decena de fuegos menores, que han quemado en conjunto más de 6,300 hectáreas.
El más grande en California en estos momentos, que ha quemado unas 5,400 hectáreas hasta el momento, se encuentra en el condado de Siskiyou, cerca de la frontera con Oregón.
Las llamas del «Incendio de Lava», como lo han bautizado las autoridades, han provocado la evacuación de más de 10.000 residentes por miedo a que lleguen a las zonas residenciales cercanas y, hasta ahora, las tareas de contención han logrado retener el 20 % de este incendio.
California vivió en 2020 el peor año de su historia en cuanto a número de incendios y superficie quemada, ya que ardieron más de 4 millones de acres, que son 1,618,742 hectáreas.
De acuerdo al Cal Fire, el estado sufrió el año pasado más de 9.900 incendios, casi 10.500 estructuras fueron dañadas, y se confirmaron 33 muertes relacionadas con los fuegos.