Brasilia (EFE) – El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este miércoles que la cumbre de países amazónicos que ha convocado para la próxima semana será «un marco histórico» para «la discusión de la cuestión climática» en el mundo.
«Será la primera vez en 45 años que los presidentes de los países amazónicos nos reuniremos con la expectativa de discutir políticas comunes» para el desarrollo sustentable de la Amazonía, dijo Lula en su primera rueda de prensa con corresponsales extranjeros desde que llegó al poder, el pasado 1 de enero.
«El mundo precisa ver esta reunión como un marco histórico para la discusión de la cuestión climática», pues tratará sobre «la forma de evitar que las selvas sigan siendo destruidas» y al mismo tiempo garantizar el desarrollo y la inclusión de sus habitantes, apuntó.
La cumbre se celebrará los próximos martes y miércoles en la ciudad brasileña de Belém, rodeada de selvas y situada en la desembocadura del río Amazonas en el océano Atlántico.
Según han confirmado fuentes oficiales, está previsto que asistan los presidentes de Bolivia, Luis Arce; de Colombia, Gustavo Petro; de Guyana, Irfaan Ali, y de Venezuela, Nicolás Maduro.
También se espera a la mandataria peruana, Dina Boluarte, cuyo viaje depende de la autorización del Congreso de su país, y ya se ha confirmado la ausencia por cuestiones internas de los gobernantes de Ecuador, Guillermo Lasso, y de Surinam, Chan Santokhi, aunque sus Gobiernos estarán representados en la cita.
EN BUSCA DE «ACCIONES COMUNES»
«Será un momento de mucha seriedad» y servirá para «discutir la cuestión del clima con responsabilidad», desde el punto de vista de las «soberanías nacionales» pero también con la convicción de que es necesaria una visión conjunta y «acciones comunes» de los países amazónicos para la preservación del medioambiente, subrayó Lula.
El mandatario brasileño anticipó que, de los debates previos a la cumbre, ya se desprende que de esta cita «surgirá un documento bien contundente», el cual deberá ser presentado en conjunto a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28), que se celebrará a partir del 30 de noviembre en Dubái.
Si bien no adelantó mucho del contenido, aseguró que además de poner el acento en la búsqueda de un desarrollo económico que «no destruya más las selvas», ese documento también tratará sobre los compromisos no cumplidos en los últimos años por los países más desarrollados.
Lula subrayó que, igualmente, espera un acuerdo firme para que los países amazónicos refuercen el combate a todas las mafias que operan en la región, que en su mayoría están volcadas al tráfico de piedras preciosas, madera, armas, drogas, animales y hasta personas, así como a la piratería científica.
Asimismo, enfatizó que las acciones que serán discutidas en Belém apuntarán a la defensa de los pueblos indígenas y de sus modos de producción y culturas, y promoverán la participación de «la ciencia para fomentar el desarrollo económico sin destruir», pues «nadie tiene derecho a acabar con un árbol que tiene 300 años de vida».
Lula reiteró que las naciones más ricas aún no terminan de asumir los acuerdos alcanzados en otras conferencias sobre el clima y puso especial énfasis en la falta de cumplimiento de la financiación que ya fue consensuada para los países en desarrollo que protejan sus biomas.
«¿Quién cumplió con los acuerdos de Copenhague o con los de Kioto? Nadie», aseguró el mandatario brasileño, quien reiteró que Brasil sí honrará su compromiso de poner fin a la deforestación ilegal en la Amazonía para 2030.