En un momento crucial para la conservación de la mariposa monarca, este huerto y mariposario comunitario se erige como un símbolo de esperanza en la histórica Península de Cantera
Texto y fotos por José E. Maldonado Marrero
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SAN JUAN, Puerto Rico – En la Península de Cantera, Puerto Rico, el huerto y mariposario comunitario “Los Bravos de Boston” se ha convertido en un santuario para la naturaleza y la comunidad, un lugar donde las mariposas monarcas encuentran su hogar y los residentes reconectan con su entorno.
Al llegar al huerto y mariposario, el bullicio de la ciudad se disipa en un instante. Flores vibrantes salpican el paisaje y mariposas de varios tamaños y colores bailan entre las plantas hospederas. Destaca la imponente mariposa monarca, cuyo elegante vuelo parece llenar de vida el ambiente. Reinitas se mueven entre las ramas, mientras un colibrí, un visitante habitual, zumbó a nuestro lado y se posó en su ramita favorita.
“Esto es un oasis para todos, no solo para la comunidad, sino también para las mariposas y otras especies que necesitan un lugar seguro para prosperar”, explica Rachel Amanda Burns Córdoba, coordinadora del proyecto.
La transformación del huerto y el trabajo incansable
El mariposario a cielo abierto, cuidadosamente diseñado, se centra en atraer a la mariposa monarca puertorriqueña (Danaus plexippus puerto-ricoensis), una variedad única que habita en la isla durante todo el año. Burns nos explicó con pasión el ciclo de vida de esta mariposa y el delicado proceso que implica su cuidado.
“Recolectamos las orugas todos los días y las colocamos en un lugar seguro, alejadas de depredadores. Es como cuidar bebés; requieren atención constante”, comenta. El equipo supervisa cada etapa: desde las orugas que se alimentan vorazmente del algodoncillo, hasta las crisálidas, que parecen pequeñas joyas verdes. Finalmente, se llega al momento mágico: la liberación de las mariposas.
“La naturaleza nunca espera: ni por vacaciones ni por días de enfermedad. Todo requiere atención constante, especialmente las orugas. No pueden esperar al fin de semana para alimentarse”, señala Burns.
Las monarcas de Puerto Rico tienen características únicas. A diferencia de sus contrapartes migratorias, no vuelan a México, ya que encuentran en la isla un clima perfecto para reproducirse durante todo el año. Sin embargo, la población migratoria enfrenta serias amenazas. Burns destacó la tala de los árboles de oyamel en México, esenciales para su hibernación, reemplazados por cultivos de aguacate que, aunque lucrativos, están destruyendo su hábitat natural.
Un momento crucial para las monarcas
Esta semana, la conservación de la mariposa monarca cobró mayor relevancia con la propuesta del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS, en inglés) para incluirla en la lista de especies amenazadas bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción.
Esta medida busca detener el rápido declive de su población, que en 2023 registró apenas 233,394 individuos en más de 200 sitios en Estados Unidos, comparados con millones en los años 90. En México, las áreas de hibernación de la mariposa también se redujeron drásticamente, de 2.2 hectáreas a 0.9 en el último año.
“La iniciativa representa un paso crucial hacia la recuperación de esta especie única”, afirmó Collin O’Mara, presidente de la Federación Nacional de Vida Silvestre.
Un refugio para la comunidad y la biodiversidad
El huerto también se ha convertido en un lugar de encuentro para los residentes de Cantera. “Antes de este proyecto, este espacio estaba lleno de escombros y actividades ilícitas. Ahora, es un lugar de encuentro y aprendizaje”, dice Carlos García, director ejecutivo de Apoyo Empresarial para la Península de Cantera.
A través de talleres de agricultura sostenible, composta y cuidado de plantas, los vecinos han aprendido a replicar estas prácticas en sus hogares. Estudiantes, líderes comunitarios y voluntarios participan activamente en el mantenimiento del espacio, fortaleciendo el sentido de comunidad.
El reconocimiento a este esfuerzo llegó con los Donativos Ambientales Ford 2024, que han sido clave para la evolución de este proyecto. “Con los fondos, realizaremos mejoras en la infraestructura, como veredas y zonas de compostaje, y adquiriremos materiales educativos para expandir nuestras actividades”, explica García.
Ford destacó este proyecto como un modelo de sostenibilidad alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. En más de 20 años, el programa ha apoyado a cientos de iniciativas en Puerto Rico y la región, invirtiendo más de $2 millones en proyectos ambientales. La próxima convocatoria para Donativos Ambientales Ford comienza en abril de 2025.
“Los Bravos de Boston” tiene grandes planes para el futuro. Además de expandir su impacto, busca inspirar a más comunidades a replicar este modelo. “Queremos que cada persona que nos visite se lleve algo: una semilla literal o metafórica para sembrar en su propio espacio”, concluye Burns.
En la Península de Cantera, cada planta sembrada y cada mariposa liberada representan un paso hacia un planeta más equilibrado y sostenible, en un momento donde cada esfuerzo cuenta.