Los vecinos convierten la captación de agua de lluvia en un modelo de fortaleza comunitaria
Por José E. Maldonado
EyBoricua.com
SALINAS, Puerto Rico – En el sur de Puerto Rico, donde las inundaciones y huracanes son una amenaza constante, la comunidad de La Margarita, en Salinas, ha encontrado una solución sostenible para enfrentar uno de sus mayores retos: el acceso al agua potable durante emergencias. Este esfuerzo, liderado por los propios residentes con apoyo técnico y financiero, ha transformado su realidad, convirtiéndolos en un ejemplo para otras localidades de la isla.
La Margarita: de la vulnerabilidad a la acción
“La Margarita es una comunidad que ha sufrido inundaciones desde los años 70, prácticamente cada cinco años”, explica Wanda Ríos Colorado, presidenta de la Asociación de Residentes de La Margarita. Las aguas del mar y del río no solo inundan las calles, sino también las casas de esta urbanización compuesta por 314 viviendas, habitadas en su mayoría por personas mayores con condiciones médicas y problemas de movilidad.
“Cuando vienen las inundaciones, lo pierdo todo dentro de mi casa”, lamenta Ríos. Estas dificultades alcanzaron un punto crítico durante el huracán María en 2017, cuando los residentes quedaron sin luz ni agua y sin ayuda externa.
“Aunque tuvieras dinero, no servía de nada porque no había acceso a servicios básicos”, recuerda. En 2020, durante la pandemia, la comunidad decidió organizarse y transformar su centro comunitario en un lugar preparado para emergencias.
Equiparon el espacio con placas solares, una cocina comunitaria y áreas para cargar dispositivos electrónicos. Sin embargo, aún quedaba una necesidad urgente: garantizar agua potable en situaciones de crisis.
HidroComunidad: una solución sostenible
Para atender este problema, la comunidad de La Margarita se unió al proyecto HidroComunidad, liderado por Ponce Neighborhood Housing Services (PNHS). Este programa, que también ha trabajado en otras comunidades del sur de Puerto Rico, implementa sistemas de captación de agua de lluvia en centros comunitarios para garantizar acceso al recurso durante emergencias.
“La falta de agua potable es un problema crítico, especialmente en comunidades vulnerables. HidroComunidad busca garantizar que las personas tengan acceso a este recurso esencial, incluso cuando los sistemas tradicionales no funcionan”, explica Jomarys Maldonado Piña, supervisora del Departamento de Desarrollo Socioeconómico Comunitario de PNHS.
El sistema instalado en La Margarita incluye una cisterna con capacidad para 10,000 galones, que recolecta agua desde el techo del centro comunitario. Este agua pasa por un sistema de filtración alimentado por energía solar, asegurando su potabilidad para el consumo humano.
“El sistema permitirá a los residentes llenar recipientes con agua limpia en emergencias, como huracanes o apagones prolongados”, detalla Maldonado. Además, el proyecto complementa otras iniciativas de PNHS para fortalecer a las comunidades, como talleres educativos y la creación de centros multifuncionales que sirvan tanto para actividades diarias como para refugios temporales.
Implementación técnica: funcional y práctica
Luis Enrique González Lozano, colaborador técnico del proyecto, explica los detalles detrás del sistema: “Utilizamos el techo como superficie de captación, desde donde el agua fluye hacia una cisterna de gran capacidad. Luego, pasa por filtros avanzados antes de almacenarse en tanques presurizados listos para el uso. Todo esto funciona con energía solar, lo que lo hace autosuficiente”.
El sistema es fácil de mantener, pero su impacto es significativo. “No solo resuelve una necesidad práctica, sino que también promueve una mentalidad más consciente sobre el uso del agua y los recursos naturales. En momentos de emergencia, es una diferencia entre depender de otros y tener un recurso vital en tus manos”, añade González.
Testimonios desde las instalaciones
Antonio Lee Moreno Ortiz, miembro de AmeriCorps y parte del equipo de instalación, resalta el impacto directo que estos sistemas tienen en las comunidades. “Es increíble ver cómo las personas se sienten más tranquilas y seguras al saber que tienen acceso a agua potable cuando más lo necesitan. Eso no tiene precio”, comparte.
Moreno, quien ha trabajado en la instalación de sistemas similares en Santa Isabel, San Germán y Ponce, reconoce que cada instalación presenta retos únicos, pero los resultados siempre valen la pena. “Estos sistemas no solo benefician a las comunidades en emergencias, sino que también les dan herramientas para ser autosuficientes y resilientes”, concluye.
El papel de los Donativos Ambientales Ford
HidroComunidad es uno de los proyectos destacados en la edición 2024 de los Donativos Ambientales Ford (DAF). Este programa, que ha apoyado más de 2 millones de dólares en iniciativas ambientales durante más de 20 años, fomenta soluciones sostenibles en Puerto Rico y otras regiones del Caribe.
“Gracias a los Donativos Ambientales Ford, proyectos como este son posibles. No solo se financian los materiales necesarios, como cisternas y sistemas de filtración, sino que también se inspira a más comunidades a replicar estas soluciones innovadoras”, señala Maldonado.
En esta edición, el programa seleccionó iniciativas que promueven el desarrollo sostenible, desde la reforestación hasta la gestión de residuos. HidroComunidad destaca por su impacto inmediato en la calidad de vida de las personas y su capacidad de ser replicado en otras comunidades.
Un llamado a la acción
Para Wanda Ríos Colorado, el cambio en La Margarita es prueba de lo que una comunidad organizada puede lograr. “Nosotros empezamos con nada, pero trabajando juntos y buscando ayuda, hemos logrado transformar nuestra comunidad. Si nosotros pudimos, cualquiera puede”, asegura.
La experiencia de La Margarita no solo es un ejemplo de fortaleza comunitaria, sino también un llamado a otras localidades de Puerto Rico a tomar la iniciativa.
Para más información sobre cómo participar en los Donativos Ambientales Ford, visite DonativosAmbientalesFord.com, auspiciadores de esta cobertura.