Dubái (EFE) – La incertidumbre sobre cuál será el futuro de los combustibles fósiles que dibuje la Cumbre del Clima de Dubái (COP28) continúa abierta ante la división entre el bloque de países que reclaman un mensaje claro sobre el inicio de su fin y el bloque que elude pronunciarse al respecto.
Entre los primeros, la Unión Europea (UE), Estados Unidos y muchos países en vías de desarrollo y estados insulares. Entre los segundos, actores clave en las negociaciones climáticas, como China, Rusia, la India o Arabia Saudí.
Bloque a favor
Para dejar clara la posición de la UE, este sábado intervinieron ante el plenario de la cumbre el comisario de Acción Climática, Wopke Hoekstra, y la representante de la Presidencia (que detenta España hasta fin de año), la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Ambos aseguraron que defenderán hasta el último momento que la COP28 se salde con un acuerdo claro sobre el inicio del fin de los combustibles fósiles porque, según la ciencia, «no hay alternativa» para afrontar el calentamiento climático.
Conscientes de que habrá «una fuerte oposición», Ribera apuntó que merece la pena «dar batalla» y dejar claro que es muy difícil crear las condiciones para movilizar la inversión que se necesita para lograr la transición si se sigue hablando «de forma vaga».
Con esas palabras, se refirió al último borrador de Balance Global y a la negativa de algunos países a hablar del fin de los combustibles fósiles.
El documento recoge diferentes formulaciones como, por ejemplo, aumentar las renovables para «desplazar» a los combustibles fósiles, la reducción progresiva de todos los combustibles en base al calendario establecido por la ciencia, apostar por los «combustibles de la transición» e, incluso, que no haya texto.
Hoekstra subrayó la relación directa entre el calentamiento y las emisiones causadas directamente por el carbón, el petróleo y la electricidad producida con gas e insistió en que, por lo tanto, hay que abordar.
La UE, afirmaron, se alineará con la «gran mayoría» de las partes para garantizar un resultado significativo que pasa por triplicar la capacidad renovable, duplicar la eficiencia energética y eliminar progresivamente los combustibles fósiles, lenguaje similar al que defiende Estados Unidos.
Tras los mandatarios europeos intervinieron decenas de países en desarrollo, entre ellos algunos de los más vulnerables a los efectos del cambio climático, que han reclamado el fin de los combustibles fósiles y que los países con recursos les faciliten financiación y tecnología para adaptarse al calentamiento global y para llevar a cabo su particular transición ecológica.
«Estamos invirtiendo muy pocos recursos financieros en la adaptación y eso ya tiene que cambiar«, dijo a EFE la ministra chilena de Medio Ambiente, Maisa Rojas, encargada de conducir las negociaciones en este campo, y que aseguró que la COP28 debe cerrar también con un aumento del objetivo global de adaptación.
«¿Cuánta gente debe morir?, ¿cuántos países tienen que caer en la pobreza y la desesperación antes de pasar acción?», preguntó el ministro de Desarrollo de Dominica, Cozier Frederik, tras quien el director de la Oficina de Medio Ambiente y Gestión de Emergencias de Micronesia, Andrew Yatilman, pidió al mundo que «deje de echar leña al fuego» para evitar la desaparición de poblaciones.
Bloque «mudo»
Siguen sin desvelar su posición en relación a los combustibles fósiles países como Rusia, India, China o Arabia Saudí. Los dos primeros porque los obviaron en sus discursos ante el plenario, y los dos segundos porque ni siquiera intervinieron.
En relación a la postura que mantiene el gigante asiático y mayor emisor del mundo, sólo se escucharon las palabras pronunciadas por la ministra de Medio Ambiente de Cuba, Elba Rosa Pérez, en nombre del grupo de países en desarrollo G77+China.
La dirigente cubana instó a los países desarrollados a ejercer un liderazgo más «ambicioso y consistente» por su responsabilidad histórica en el calentamiento global y porque son los que tienen los recursos y la tecnología para reducir las emisiones, a lo que añadió que es «preocupante» ver que persisten en su «elevado nivel de emisiones».
El ministro de Medio Ambiente de la India, Bhupender Yadav, se limitó a señalar que su país siempre ha apoyado «acciones concretas a nivel internacional para plantar cara al cambio climático» y que están comprometidos a trabajar por un planeta más «verde, limpio y sano» dado que sólo hay uno.
El enviado especial de Rusia a la Cumbre del Clima, Ruslán Edelguériev, aseveró que su país (tercer productor de crudo del mundo) está comprometido a ser cero emisiones netas en 2060 sin dar detalles de su posición en relación a los combustibles fósiles, máximos emisores de gases de efecto invernadero.
Además, cargó «contra el apogeo de la hipocresía» ante el intento de algunos de frenar sus esfuerzos en la transición, algo que, advirtió, «no va a funcionar».
Por otro lado, cientos de personas marcharon en el recinto que alberga la COP28 para pedir el cese del fuego en Palestina y el fin del fuego en la que hasta ahora ha sido la protesta más multitudinaria de la cumbre.