Sídney (Australia) (EFE) – La Gran Barrera de Arrecifes, en el noreste de Australia, afronta retos «sin precedentes» en la recuperación de la salud de sus corales por las amenazas constantes como el blanqueo masivo y los ciclones que no le dan tregua, publicó hoy un informe.
«Sabemos que se pueden recuperar con el tiempo y las condiciones correctas, pero no han tenido mucho respiro por las perturbaciones ocurridas en los últimos años», dijo Mike Emslie, líder del programa de monitoreo del Instituto Marítimo Australiano (AIMS, siglas en inglés), que elaboró este estudio que abarca un período de 30 años.
Entre las perturbaciones están los fenómenos de blanqueo masivo en 2016 y 2017 que arrasaron con gran parte de los corales de la Gran Barrera, además del constante embate de ciclones y de cuatro oleadas de plagas de coronas de espina, unas estrellas de mar que se alimentan de corales.
La AIMS reveló en su estudio que la recuperación de las cubiertas de corales duros se produce con lentitud y a diferentes ritmos, en función de las amenazas que las aquejan.
«El monitoreo a largo plazo muestra que diez años después del daño extendido causado en la región sur por el ciclón tropical Hamish (en 2009), los arrecifes todavía están recuperándose», comentó Emslie.
Este informe aparece días después de que el reconocido ecologista David Attenborough dijera ante el Parlamento británico que el blanqueo de corales de la Gran Barrera -que se extiende a lo largo de 2,300 kilómetros frente a las costas australianas- es el ejemplo más revelador sobre los efectos del cambio climático.
Ante este informe, el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF, en sus siglas en inglés) pidió al gobierno australiano que abandone los combustibles fósiles para responder a la crisis climática que daña a la Gran Barrera, que aporta a la economía nacional 6,400 millones AUD ($4,455 millones).
«El mismo instituto de investigación del gobierno dice que las cubiertas de corales están disminuyendo gravemente y el más respetado naturalista dice que Australia se enfrenta a las manifestaciones más extremas del cambio climático», afirmó en un comunicado Richard Leck, director de Océanos de WWF-Australia.