Oviedo (España), 16 sep (EFE) – Un estudio de las Universidades de Oviedo, en el norte de España, y Glasgow (Escocia) ha constatado que la crisis climática adelantará el envejecimiento de los animales que no pueden regular su temperatura corporal, como los anfibios, insectos, peces y reptiles, en una línea de investigación clave para establecer programas de conservación de la fauna salvaje.
Los autores de este estudio, que ha sido publicado en la revista científica Global Change Biology, son Germán Orizaola, del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad de la Universidad de Oviedo-CSIC del Principado, y los investigadores de la Universidad de Glasgow Pablo Burraco, Pat Monaghan y Neil Metcalfe.
La relevancia de su investigación radica en que hasta ahora no se había prestado atención a los efectos que los cambios fisiológicos de los denominados animales ectotermos -todos excepto las aves y los mamíferos- podían tener sobre el envejecimiento de los organismos.
En el artículo se describe cómo un aumento de temperatura conllevará una mayor tasa de crecimiento en estos organismos lo que, según los investigadores, alterará su fisiología, aumentando los niveles de estrés oxidativo.
Además, los autores señalan que tendrá un impacto sobre los telómeros, unas estructuras que se sitúan en los extremos de los cromosomas y cuya función es dar estabilidad a la célula e impedir que regiones codificantes de ADN se pierdan en la división celular.
Los investigadores subrayan que cuanto mayor es la velocidad de crecimiento y mayor estrés oxidativo, mayor es la tasa de degradación de estos telómeros y más rápido se llega a la muerte celular, por lo que se están utilizando como indicadores de envejecimiento celular en muchos organismos.
El artículo de Orizaola, Burraco, Monaghan y Metcalfe establece la relación directa entre cambio climático, velocidad de crecimiento, estrés oxidativo, pérdida de telómeros y envejecimiento.
El profesor Orizaola sostiene que cualquier acortamiento de la esperanza de vida de los animales disminuirá su potencial de reproducción, algo que podría producir impactos directos en muchas especies y poblaciones, especialmente si ya se encuentran afectadas por cualquier otro factor.
Los investigadores consideran necesario profundizar en este campo, ya que estiman que podría tener consecuencias muy negativas para la conservación de muchas poblaciones animales si se ven expuestas a una tasa de envejecimiento más rápida.
En este sentido, Orizaola entiende que será imprescindible considerar el impacto que el cambio climático puede tener sobre el envejecimiento de las especies para establecer programas adecuados de conservación, manejo y explotación de la fauna salvaje.