Quito (EFE) – La organización ecologista Greenpeace pidió este lunes crear un área marina protegida en las aguas internacionales existentes entre las Islas Galápagos (Ecuador), Costa Rica, Colombia y Panamá, mediante la aplicación del histórico Tratado Global de los Océanos, suscrito hace un año en el marco de las Naciones Unidas.
El ‘Área Protegida de Alta Mar del Pacífico Este Tropical’ podría convertirse en la primera área marina protegida creada en virtud del nuevo Tratado, destacó en un comunicado la organización ambientalista, que desde fines de febrero se encuentra en un crucero científico a bordo de su barco Arctic Sunrise para investigar y documentar la biodiversidad marina de esa zona.
«Fuera del área protegida de Galápagos, las flotas pesqueras industriales siguen saqueando los océanos. Debemos proteger esta área», señaló en un comunicado Ruth Ramos, de la campaña ‘Protejamos los océanos’ de Greenpeace.
Ramos recordó que, en marzo de 2023, todos los Gobiernos acordaron el histórico Tratado de los Océanos de la ONU, que hasta ahora únicamente ha sido ratificado por Chile y la pequeña república insular de Palau (Oceanía), y que permitirá crear reservas marinas en aguas internacionales como la sugerida por la organización no gubernamental.
«Este Tratado, una vez ratificado, nos permitirá proteger una vasta área de aguas internacionales cerca de las Islas Galápagos, salvaguardando un corredor migratorio vital para la vida marina, como los tiburones y las tortugas», añadió.
La activista destacó que «los Gobiernos de Ecuador, Panamá, Colombia y Costa Rica ya han tomado medidas admirables para proteger los océanos en sus aguas nacionales».
«Ahora tienen la oportunidad histórica de demostrar su liderazgo global protegiendo esta área clave de alta mar y salvaguardando aún más la belleza y la biodiversidad de la región de Galápagos para las generaciones futuras», sostuvo Ramos.
La organización ecologista detalló que, «más allá de las aguas nacionales de Ecuador, Costa Rica y Colombia, existe un bolso de aguas internacionales» donde «las flotas pesqueras industriales siguen faenando en esta zona, socavando los esfuerzos nacionales de protección y amenazando todo el ecosistema de la región».
Una de estas flotas es la china, que con centenares de barcos merodea todos los años las aguas jurisdiccionales de Galápagos en busca del calamar gigante, pero según especialistas manejan métodos opacos con los que pueden estar capturando especies protegidas y amenazadas, como se demostró en 2017 con la captura de un buque cargado con tiburones.
También trabajan en esta zona circundante a Galápagos otras flotas nacionales e internacionales con métodos como el palangre y los dispositivos agregadores de peces que pueden quedar a la deriva y capturar accidentalmente y sin control especies protegidas, en lo que se ha denominado como «pesca fantasma».
Para Greenpeace, «un área marina protegida de alta mar en esta zona eliminaría la amenaza de las flotas pesqueras industriales».
También aseguró que «reforzaría las medidas de conservación nacionales implementadas por los cuatro países (Colombia, Costa Rica, Ecuador y Panamá), que impulsan la iniciativa del Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR) con el objetivo de crear un corredor protegido que abarque sus aguas nacionales
«También protegería un área clave del océano que muchas especies migratorias amenazadas de Galápagos y regiones marinas adyacentes deben cruzar para llegar a hábitats costeros clave para la cría, anidación y alimentación», concluyó Greenpeace.