Madrid (EFE) – Estamos a tiempo de limitar el calentamiento global a 1.5 grados y evitar así sobrepasar barreras que harían inhabitable el planeta, según expertos consultados por EFE que, no obstante, advierten de que la única forma de conseguirlo es reduciendo ya las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, cuando vamos camino de cerrar el año más cálido desde que hay registros y pese a las promesas de naciones y empresas de reducir las emisiones, lo cierto es que éstas siguen creciendo, aunque a menor ritmo que en el pasado, y que no se espera que comiencen a bajar a escala global hasta, como pronto, 2025.
Para acelerar la descarbonización, es necesario que haya voluntad política y social, que petróleo, gas o carbón sean sustituidos de manera efectiva por energías renovables, y cambiar los usos que hacemos de la energía.
Voluntad política y social
«Seguimos aumentando las emisiones» y eso significa que «cada vez tenemos que hacer más cosas en menos tiempo», pero aún podemos revertir parte de los problemas asociados al cambio climático, según Fernando Valladares, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Algunos de esos problemas no tendrán una reversión clara a «escala humana» (décadas), aunque a escala geológica, de miles o millones de años, «todo es reversible».
El gran obstáculo está siendo la «falta de voluntad y acuerdo político», unido a que las sociedades del Norte están «adormecidas o sobrepasadas» y, más allá de los negacionistas, muchos no terminan de creerse la gravedad del cambio climático y, por tanto, «la intensidad de las acciones no es acorde a esa gravedad».
«Estamos en una situación de fuerte inseguridad climática y para salir de esa zona y, sobre todo, para no entrar en zonas todavía peores, hay que pasar de aumentar las emisiones a disminuirlas. Si lo hacemos, que no es fácil pero sabemos cómo, tenemos margen para revertir buena parte del calentamiento», asevera el biólogo.
Fin a los combustibles fósiles
No podemos revertir el cambio climático, pero sí podemos minimizarlo si logramos el objetivo de 1.5 grados, «límite a partir del cual los impactos aumentarán exponencialmente», advierte la responsable del Programa de Clima y Energía de WWF, Mar Asunción.
Para ello, debemos abandonar todos los combustibles fósiles de forma «rápida y justa» (antes de 2030 el carbón, 2035 el gas y 2040 el petróleo), triplicar la capacidad mundial renovable, de manera compatible con la biodiversidad, y reducir la demanda total de energía en al menos una cuarta parte para 2050, añade.
Renovables, única opción
«La ciencia nos dice que si actuamos ya, si hacemos las reducciones necesarias, estaremos a tiempo de revertir las peores consecuencias del cambio climático», según el responsable de Energía y Clima de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz.
En el lado positivo de la balanza, que las renovables, única alternativa de futuro, ya son competitivas en términos económicos y de impacto ambiental en relación con las fuentes a las que deben sustituir, y que tenemos conocimiento tecnológico suficiente para enfrentar la emergencia climática.
En el negativo, que se está intentado replicar con las renovables un esquema de capital y producción similar al de las energías tradicionales y que, en la mayoría de los casos, «no estamos sustituyendo combustibles fósiles por renovables, sino que instalamos más renovables para dar cabida a mayores consumos energéticos», según Andaluz.
En 2015, los firmantes del Acuerdo de París se comprometieron a actuar para mantener el aumento de la temperatura global muy por debajo de 2°C y esforzarse para limitarlo a 1.5°C.
Posteriormente, el grupo de expertos climáticos de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) pidió limitarlo a 1.5 grados a lo largo del siglo respecto a niveles preindustriales para evitar consecuencias irreparables, como la desaparición de islas o zonas costeras bajo el mar.