Petro defendió además su propuesta de que el Gobierno compre terrenos que estuvieron ocupados durante el largo conflicto armado en su país y los entregue a los campesinos víctimas de esa violencia
Nueva York (EFE) – El presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió este viernes en Nueva York sobre los peligros para Colombia si la comunidad internacional no da un paso al frente en la lucha contra la crisis climática y sugirió que su país puede ser inhabitable dentro de unos años, provocando una inmigración masiva.
«Dicen que Colombia sería inhabitable por ser parte de la zona tórrida. ¿Y dónde se irían? La población se iría al norte, donde está el agua, como siempre ha hecho la humanidad», dijo en un acto en el Queens College, condado donde radica la mayoría de la población colombiana en Nueva York.
En el evento, que comenzó con una hora de retraso, como ocurrió el día antes en otro acto en la ONU, Petro recordó que la crisis climática, de la que culpó al capitalismo, ya ha comenzó a provocar un éxodo.
El presidente, que vestía vaqueros y camisa negra y calzado deportivo, dijo que por primera vez en la historia «la humanidad se enfrenta a una extinción total», que llamó «omnicidio» (la muerte de toda vida en la tierra), y responsabilizó de ella «al sector más rico de la sociedad, el que produce».
Petro, de 64 años, que es el presidente más votado de Colombia, sostuvo que la crisis climática necesita unión y coordinación: «Si queremos actuar tenemos que hacer un plan mundial de transición energética», pero agregó que no puede ser «impuesto, tiene que haber una multilateralidad».
El mandatario, exguerrillero del Movimiento 19 de abril (M-19), habló durante su ponencia de referentes del comunismo, entre ellos el Che Guevara, y hasta del partido de fútbol del domingo entre Colombia y Argentina, en la final de la Copa América, que se disputará en el Hard Rock Stadium de Miami.
Durante la sección de preguntas, evitó responder a una profesora de la Universidad de Nueva York que le preguntó sobre la violencia y mencionaba a los presidentes de El Salvador, Nayib Bukele, y de Argentina, Javier Milei, argumentando que tendría un problema diplomático.
«No tengo la libertad de hablar. Milei intentó hablar de mí y al final hicimos un acuerdo de… (e hizo un gesto con la mano de ¡detente!). Pero en el partido Colombia-Argentina se va a dar una batalla», afirmó en actitud divertida, dando a entender que la crisis generada por la acusación de «asesino terrorista» de Milei está superada.