Por Jaime Torres Torres
Para EyBoricua.com
Aguadilla – En el sector conocido como Muelle de Azúcar, cercano a Crash Boat en este pueblo, se edifican inmuebles en desafío a la fragilidad del suelo que supone la erosión costera en tiempos de aumentos significativos en el nivel del mar, lo que nuevamente revela cómo a espaldas del pueblo el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) evidentemente otorga permisos sin el rigor que se espera de una agencia llamada a proteger las costas de los tentáculos del capital financiero.
Este medio independiente está en espera de una reacción de la licenciada Tania Vázquez, secretaria del DRNA y presidenta de la Junta de Calidad Ambiental (JCA).
Ayer (el sábado 14 de septiembre) este periodista abordó una lancha en el rompeolas de Aguadilla, donde la gente se baña a pesar de lo muy contaminadas que están sus aguas por las descargas de varias alcantarillas en el lugar, sin que el alcalde Carlos Méndez alerte a sus constituyentes y a los visitantes de otros pueblos.
Este medio pudo constatar que el color del agua es blancuzco y espumoso, con residuos de materia que parecen tierra y aceite.
“Este señor está en la misma en que está este gobierno, que destruye el País. Han privado a los surfistas de entrar a las playas libremente. Esto lo ha permitido el alcalde. Se desarrollan las construcciones violando normas y a espaldas del pueblo. En la playa donde la gente se baña hay una contaminación que baja del pueblo. Se ve con los propios ojos lo que está pasando”, dijo la ambientalista y activista Sonia Cruz.
Mientras, el desarrollo en el área Muelle de Azúcar pasa inadvertido precisamente por su inaccesibilidad por tierra. Se observa la edificación de dos pilotes de reciente construcción en una instalación supuestamente abandonada en el Muelle de Azúcar, donde se presume que se pretende descargar petróleo en las inmediaciones costeras del Azucarero, cercana a Crash Boat.
“Esto sucede a espaldas de la gente. ¿El dueño de esto tiene permisos? ¿Qué pretenden hacer? ¿Es que tenemos que enterarnos cuando no haya remedio, como siempre? Están edificando sobre unas cavernas, añadiendo peso a esa piedra cálcica que irá para el piso en un futuro. No sabemos quiénes son los responsables de este impacto ambiental”, denunció Eliezer Molina, del Movimiento de Conciencia.
Por su parte, el ambientalista Juan Carlos Rosario, oriundo de Aguadilla y quién timoneó la lancha que zarpó del rompeolas hacia el antiguo Muelle de Azúcar, alertó al País sobre el desarrollo sin control que se experimenta en la zona noroeste del archipiélago boricua.
“Quiero que se explique todo. Entiendo que si las cosas están en su lugar, pues están en su lugar y las que no, hay que enfrentarlas. Mi preocupación es que sigamos construyendo en sitios donde no debemos construir. ¿Qué va a pasar con el futuro de nosotros; de mis hijos y mis nietos? Esto es por Puerto Rico y por el bien de todo el patrimonio”.
En el libro “El Ambiente y las Leyes en Puerto Rico: Lo que todos queremos saber”, la licenciada Diana López Feliciano documenta que respecto al uso y construcciones en la zona marítimo terrestre las costas son bienes de dominio público en que el Estado sí podría desarrollar proyectos siempre y cuando se relacionen a la construcción de puertos y muelles, plantas eléctricas o de tratamiento de aguas negras.
López Feliciano alude a las disposiciones del Reglamento del DRNA para el Aprovechamiento, Vigilancia, Conservación y Administración de las Aguas Territoriales, los Terrenos Sumergidos bajo éstas y la Zona Marítimo-Terrestre.
Pero, evidentemente, ha sido letra muerta durante la incumbencia de Tania Vázquez.