Lima, 19 de enero de 2022 (EFE) – El derrame de petróleo vertido el sábado al océano Pacífico desde la refinería peruana de La Pampilla por el tsunami procedente de la erupción volcánica de Tonga se ha extendido por al menos cuatro kilómetros de playas y las autoridades locales reclaman a la española Repsol mayor compromiso con la limpieza.
Pese a que la Refinería La Pampilla, operada por Repsol, señaló inicialmente a la Fiscalía peruana que el vertido había sido de unos siete galones de crudo, este ya ha afectado varias playas y áreas naturales protegidas en el municipio de Ventanilla, de la provincia del Callao, aledaña a Lima.
«Ha pasado de ser un pequeño derrame a ser un desastre de proporciones», declaró este martes a RPP Noticias el alcalde de Ventanilla, Pedro Spadaro, mientras realizaba una supervisión a las playas de su distrito.
«Hay cuatro kilómetros de mar absolutamente negro, hay animales muertos que vuelven a las orillas, este es un atentado contra la ecología», resaltó Spadaro.
El alcalde lamentó que Repsol no haya invertido suficiente esfuerzo en la limpieza de las playas y que además la empresa no comunicara el derrame a las autoridades el pasado sábado.
«De manera irresponsable no se comunicó nada ni a la Municipalidad ni a la autoridad policial. Esto es un grave daño exponiendo a los veraneantes», declaró Spadaro, quien además pidió al ministro de Ambiente, Rubén Ramírez, que evalúe la declaratoria de emergencia ambiental en la zona.
VERTIDO CONTENIDO
Luego de las declaraciones de Spadaro, la Refinería La Pampilla afirmó en un comunicado que, «desde el inicio del incidente, está ejecutando las labores de remediación del litoral costero y limpieza de playas en el distrito de Ventanilla».
La empresa detalló que en el mar ha contenido el vertido tras desplegar 1,500 metros de barreras de contenciones, mientras que seis lanchas con brigadas de 50 personas recuperan el crudo con succionadores y material absorbente especial.
Mientras, en tierra la refinería aseguró que dispuso a un grupo de 200 personas divididas en cuadrillas para limpiar el petróleo que llega a las playas Cavero, Bahía Blanca y Santa Rosa.
RESERVA NATURAL AFECTADA
El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) informó en un comunicado que el vertido de petróleo ha afectado a la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras e Islotes de Pescadores y a la zona reservada de Ancón, balneario del norte de Lima.
El Sernanp desplegó una brigada personal para evaluar el alcance del derrame y se encuentra estos momentos apoyando el rescate y limpieza de las aves contaminadas, principalmente de especies guaneras como el pelícano peruano o el piquero de patas azules.
Por su parte, la organización ambientalista marina Oceana cuantificó el área afectada en 18.000 kilómetros cuadrados de crudo derramado, lo que equivale a dos veces y media la superficie del Estadio Nacional de Lima.
INVESTIGACIÓN DE LA FISCALÍA
La Fiscalía especializada en Materia Ambiental de Lima Noroeste abrió este lunes una investigación por contaminación ambiental contra esta la Refinería de La Pampilla.
A través del Ministerio Público, el fiscal Ariel Tapia constató el derrame de crudo por el oleaje anómalo en la costa de los distritos de Santa Rosa y Ancón en Lima, y en Ventanilla en la vecina provincia del Callao.
«Este hecho habría producido la contaminación marítima y la muerte de especies hidrobiológicas y aves, estas últimas en la zona reservada de Ancón», agregó la fiscalía.
El fiscal Tapia declaró que la alta cantidad de petróleo en el mar, que se extrae por succión en mangas de polietileno, difiere con la información preliminar alcanzada el domingo por la Refinería La Pampilla, estimada en siete galones.
SIN ALERTA DE TSUNAMI
El accidente ambiental se produjo el sábado, cuando un buque descargaba petróleo en el preciso momento que impactó en la costa peruana la ola del tsunami causado al otro lado del océano Pacífico por la erupción volcánica en Tonga, que llegó a elevar el nivel del mar hasta en 70 centímetros en algunos puntos.
Además del derrame de petróleo, las olas causadas por el volcán dejaron dos muertos en Perú, el único país de la costa del Pacífico que no lanzó ningún tipo de alerta de tsunami o aviso de precaución a los miles de bañistas que acuden a las playas en la temporada de verano.