Málaga, 14 de septiembre de 2021 (EFE) – Las labores para extinguir completamente el incendio de Sierra Bermeja, en Málaga (al sur de España), continuarán durante varias semanas después de que a las 6:45 horas de este martes quedara controlado el fuego, algo a lo que ha contribuido la lluvia registrada en la zona, tras arrasar 9,670 hectáreas.
«Nos quedan aún puntos calientes y van a salir, y cuando pase la lluvia y salga el sol saldrán más», ha advertido el director de Extinción del Plan Infoca de extinción de incendios, Juan Sánchez.
Ha precisado que los arboles centenarios que había tenían unas raíces muy grandes, «y esas raíces van a estar ardiendo durante mucho tiempo», por lo que será «un trabajo duro pero llevadero, no como lo sufrido esta semana».
«Teníamos que apagar el incendio y luego llorar a nuestro compañero. Cuando un bombero o cualquier servidor muere en acto de servicio es un acto de orgullo para todos y una pena terrible», ha dicho Sánchez en alusión a Carlos Martínez, fallecido durante la extinción del fuego.
Los compañeros del bombero han asegurado este martes que están «rotos pero al pie del cañón y defendiendo el patrimonio andaluz forestal, que era lo que Carlos ansiaba y apasionaba», porque han perdido a «un gran profesional, a un compañero y a un amigo».
Por su parte, el presidente de la Junta (gobierno autonómico), Juanma Moreno, ha afirmado que va a abrir «una batalla» para modificar el Código Penal y que se endurezcan las penas contra los pirómanos tras este incendio «clarísimamente intencionado» que ha sido provocado «con muy mala baba, con la intención de hacer el mayor daño posible».
El Gobierno andaluz presentará «en los próximos días» un paquete de ayudas para recuperar la zona afectada por «uno de los incendios más complicados y peligrosos de la historia de nuestro país», ha anunciado el portavoz de la Junta, Elías Bendodo, quien ha garantizado que los causantes del fuego «van a terminar detenidos y en la cárcel, que no haya dudas».
El hecho de que el incendio haya quedado controlado ha supuesto la declaración del nivel 0, la desactivación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el repliegue progresivo de los efectivos participantes en el dispositivo, así como el desmantelamiento del Puesto de Mando Avanzado que se había instalado en Estepona.
Además, la garantía de que el perímetro del fuego no avanzará y no se producirán nuevos focos ha permitido el regreso a sus casas de los 250 vecinos que habían sido desalojados de Genalguacil, el último de los seis pueblos de la provincia de Málaga evacuados durante el incendio al que se ha permitido volver.
Varias fuentes consultadas por Efe han coincidido en que el incendio de Sierra Bermeja es peor que el que se produjo el pasado agosto en Navalacruz (Ávila), pese a que éste arrasó una superficie mucho mayor, superior a las 22,000 hectáreas.
Ha sido el primer incendio catalogado en la Península Ibérica como «de sexta generación», más peligroso que los incendios corrientes, entre otras cosas por la aparición de pirocúmulos o nubes de humo que se condensan sobre el fuego al ascender el aire caliente con vapor de agua y cenizas y, si llegan a desplomarse, el efecto es «como si lloviera fuego», según el jefe de la Unidad de Defensa contra Incendios Forestales de Murcia (UDIF), Manuel Páez.
Este tipo de catástrofes genera consecuencias psicológicas como ansiedad, miedo a volver a casa, inseguridad y llanto, ha dicho a Efe la coordinadora de la Sección de Psicología de la Intervención en Catástrofes en Málaga, dependiente del Colegio de Psicólogos de Andalucía Oriental, Lidia Lozano.
La labor de los psicólogos estos días se ha centrado en la «ventilación y desahogo emocional», es decir, dejar llorar sin contenerse, ver cómo se sienten los afectados y que ellos sepan cómo están, acompañarles en el duelo y respirar con ellos, lo que es «muy importante» para calmarles.