El estudio pionero en Nueva Zelanda busca desentrañar los misterios del enigmático zifio de Bahamonde, con solo seis ejemplares documentados en el mundo
Sídney, Australia (EFE) – Un equipo de científicos comenzó este lunes a diseccionar un ejemplar de ballena picuda de Bahamonde, considerada el cetáceo más raro del mundo, tras encontrar su cadáver en una playa del sureste de Nueva Zelanda el pasado julio.
En un comunicado, el Departamento de Conservación indicó que esta disección pionera, que durará hasta este viernes, servirá para conocer mejor la anatomía y costumbres de esta ballena, de la que apenas se sabe nada con solo 6 documentadas antes en todo el mundo.
«(La disección) es una oportunidad extraordinaria y de importancia global», afirmó el biólogo marino Anton van Helden, que lidera un equipo con participación del Departamento, la comunidad local Te Rūnanga o Ōtākou, y la universidad y el museo de la región de Otago.
El experto precisó que la disección, la primera de este tipo realizada en esta ballena, servirá para conocer desde las estructuras usadas para producir sonidos a la estructura del estómago y su número de vértebras.
La ballena, de unos 5 metros de largo, fue hallada a comienzos de julio en una playa de la región de Otago, en la Isla Sur de Nueva Zelanda.
Las ballenas picudas de Bahamonde (‘Mesoplodon traversii’ o ‘M. bahamondi’), también conocidas como zifios de Travers o mesoplones de Bahamonde, se distinguen por sus hocicos alargados, sus dientes prominentes y su forma parecida a la de los delfines.
«Los zifios son el grupo de grandes mamíferos más enigmático del planeta, son profundos buceadores que rara vez se ven en el mar, lo que plantea verdaderos retos para la investigación de estos animales marinos», dijo van Helden.
Estos zifios o ballenas picudas viven en aguas muy profundas y se alimentan de calamares y otros animales, aunque se desconoce casi todo de su comportamiento al no haberse avistado nunca un ejemplar vivo.
Esta especie fue descrita por primera vez en 1874 a raíz del hallazgo de una mandíbula inferior y dos dientes dos años antes en las islas Chatham, al sur de Nueva Zelanda.
Los restos de esqueleto encontrados en 1986 en la isla Robinson Crusoe (Chile) confirmaron el descubrimiento de la nueva especie, que debe parte de su hombre, Bahamonde, al biólogo marino chileno Nibaldo Bahamonde.
En este sentido, la especie es conocida como ‘Mesoplodon traversii’, en honor de naturalista neozelandés Henry Hammersley Travers, o ‘Mesoplodon bahamondi’.
Durante años los científicos solo contaron con restos del cráneo y esqueleto para identificar a estos zifios de Bahamonde, pero en 2010 y 2017 se encontraron especímenes muertos pero casi intactos en diferentes lugares en Nueva Zelanda.