Un estudio de Mapbiomas reveló que la Amazonía brasileña ha perdido 55 millones de hectáreas de vegetación nativa, acercándose peligrosamente al punto de no retorno
Río de Janeiro, Brasil (EFE) – Brasil perdió el 33% de sus áreas naturales hasta 2023 y la Amazonía brasileña ha sido el bioma más afectado en el país, según un estudio divulgado este miércoles por la plataforma científica Mapbiomas.
El deterioro de estas áreas, que incluyen vegetación nativa, superficie de agua, playas y dunas, se ha incrementado entre 1985 y 2023, período en el que se perdió el 13% del total.
El análisis de imágenes satelitales realizado por Mapbiomas en esos 39 años señala que de los seis biomas que tiene Brasil, la Amazonía brasileña fue la más perjudicada.
La más extensa selva tropical del planeta perdió de 55 millones de hectáreas, una reducción del 14% de su área natural.
El resultado indica que el área biótica tiene actualmente el 81% de su territorio cubierto por bosques y vegetación nativa.
Este porcentaje es cercano al que los científicos han denominado como punto de no retorno (entre el 75% y el 80% de vegetación nativa).
Según el estudio, el Cerrado fue el segundo bioma que más perdió área natural, con una reducción de 38 millones de hectáreas, una disminución del 27%.
Ya en el Pantanal, la mayor disminución se produjo en la superficie de agua, que pasó de 21% en 1985 a 4% en 2023.
En los biomas restantes, la Caatinga perdió 8.6 millones de hectáreas de área natural (-14%), el Bosque Atlántico 3,7 millones de hectáreas (-10%) y la Pampa 3.3 millones de hectáreas (-28%).
Para Tasso Azevedo, coordinador general de Mapbiomas, la pérdida de áreas naturales implica un aumento de los riesgos climáticos porque «disminuye el efecto protector durante eventos climáticos extremos».
De acuerdo con el estudio, la expansión y transformación del uso de la tierra, especialmente el aumento de pastizales y cultivos, son considerados los principales responsables por la reducción de áreas naturales.
En los últimos 39 años el área utilizada para la ganadería se expandió un 79%, mientras que la superficie para cultivos creció un 228%.